domingo, 13 de abril de 2025

ODA DEL SINVERGÜENZA

Por Humberto Frontado


 

      No me avergüenzo de mi placentero actuar.

Gozo sin ataduras,

sin falsos remordimientos;

mi placer es ley y nadie podrá juzgarlo.

Hay de aquellos que osen criticarlo,

pequeños hombres con máscaras de virtud,

¿quién les dió el derecho a señalar?

 

      Seré de menguada moral, ausente juicio,

poca consideración, pero libre;

mis actos no piden perdón ni permiso.

Me tacharán de truhan o malandrín,

pero mis atributos los ansía el venerable rey.

 

      Enaltezco mi don porque soy como soy,

no hay velo que me cubra,

ni mentira que me ate;

soy el espejo que los hipócritas rompen.

 

      Mostrar vergüenza es debilidad de carácter,

sería deshonesto fingir modestia;

mi risa es franca, mi orgullo legítimo.

 

      Desvergonzado porque no me entienden,

la naturaleza me eligió, me dió este don;

no soy un error, soy un sublime diseño.

 

      Mi egoísmo está justificado,

nace de un trágico deseo,

de un hambre antigua.

No pido comprensión, solo silencio.

 

      Siento pena por los que de mi se indignan,

mientras clavan sus dagas con sonrisas;

yo al menos soy sincero en mi vileza.

 

     Me fortalece saber que piensan en mí,

que en sus noches mi nombre les quema;

soy una brizna que no pueden apagar.

 

     No me critiquen cuando alivio mi carga

en hombros ajenos,

ellos están para usarse.

La vida es juego donde prevalecen las trampas.

 

      Soy íntegro, no me sujeto a imposiciones.

Las reglas son cadenas para mediocres,

mírenme con odio, pero mírenme.

 

13-04-2025

 

Corrector de estilo: Eliza Sánchez.

 

 

domingo, 6 de abril de 2025

EL VOLANTÍN

Por Humberto Frontado


 

     Enredado quedó mi volantín

entre cabuyas y su rabo de tela.

Viendo hacia abajo todo tembloroso

sus alas rotas se mecían,

presas de aquel monstruo traicionero.

 

      Desde abajo lo miraba impávido,

crucificado, diminuto e impotente.

Aún con vida se estremecía

entre las tres rayas eléctricas,

agitándose como un pájaro herido.

 

     Día tras día, camino a la escuela,

veía cómo se le iba desgajando

sus carnes ante el seco viento.

El papel descolorido,

deshilachándose en guiñapos.

Lentamente devorado

ante un cielo indiferente.

 

     Esquelético mostraba

sus tres varillas de caña brava,

aún atadas en las aristas

y tostadas por el candente sol.

Resistiendo el olvido,

como un fantasma

de lo que una vez fue alegría.

 

     Aún recuerdo los intentos vanos

de rescatarte con mis amigos;

piedras lanzadas, palos alzados.

Risas que se volvieron silencio,

y tú, cada vez más lejos,

más exánime.

 

     Largas noches recordando

esos increíbles momentos

de volátiles aventuras entre los dos,

cuando el viento nos hacía cómplices

y el cielo era nuestro reino.

 

      Te hice correlón cuando menguaba

el inconsciente viento seco de verano,

y corrí contigo hasta

que mis pulmones ardieron;

hasta que fuiste solo

un punto en las alturas.

 

     Gracias por compartir y ser tolerante

con mis exigencias de vuelo.

Permitir dejarte llevar en mis sueños aún,

por ser mi nave en el azul infinito,

por enseñarme a soltar y a perder.

 

     Quedan aún en mi mente

los brillosos colores de tu cuerpo.

Ese rojo que desafiaba al sol,

ese azul que robaba pedazos de cielo.

Tu larga cola ungida en polvo cósmico.

 

     Solo queda la desesperanza

azotada por el impertinente viento

que todavía sacude implacable tus restos,

descuadriculado, sin forma.

Un recuerdo sin dueño,

y yo, aquí abajo,

aprendiendo a volar sin ti.

 

06-04-2025

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez

domingo, 30 de marzo de 2025

FUTURO ORWELLIANO

Por Humberto Frontado


 

     Surge un mañana en tinta distópica.

Son inacabadas páginas

cubiertas de un control hipnótico,

atrapadas en un sueño colectivo;

en un cínico dogma.

 

     El Mesías de hojalata

alza su diestra,

cubierto de símbolos vacíos

de una fe manufacturada.

Es adoración forzada en la plaza desierta.

 

     Advierten: "El amor es tiempo perdido",

mientras relojes insaciables de tiempo

devoran sollozos.

Solo queda resistir y apaciguar los latidos.

 

      Futuro estático,

guerra mental

sobre un tablero de inocencias.

Jaque perpetuo,

naciones en dolor mayor.

 

     Viejas estratagemas,

fríos enroques,

guerras arcaicas con rostros nuevos;

la paz es un mito en labios rojos.

 

     El Gran Hermano todo lo ve,

habitamos libertades “encomilladas”;

réquiem de papel,

su sonrisa es ley,

su mirada es red.

 

     El hombre exhausto

olvida su nombre,

la armonía yace paralizada en su sombra;

solo el miedo respira en su rutina.

 

     Ciudades brillan su espuria luz,

muestran frías pantallas

enmarcadas en doradas mentiras.

El alma se apaga

marchita y frívola.

 

     Final incierto, horizonte gris,

ceniza de ideales,

silencio cómplice…

¿quién alzará el puño?

¿quién romperá el fin?

 

      Que esta pesadilla

despierte en rebeldía,

que el último verso

encienda esperanza.

Mientras haya voz,

habrá poesía... habrá vida.

 

30-03-2025

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez.

domingo, 23 de marzo de 2025

SILENCIO PÓSTUMO

Por Humberto Frontado


 

      Un minuto de silencio

basta para traer a mi tu presencia.

En el vacío de ese instante

tu voz resuena

y el aire se llena de lo que ya no está.

 

     Si he de partir luego

te llevaré conmigo

en el rincón más íntimo de mi alma,

donde los recuerdos

nunca se desvanecen.

 

     Una maleta dará cabida

a todos esos grandes recuerdos,

ella guardará el peso de una vida.

En su interior

el eco del que se fue.

 

     Levanto la mirada al cielo

como una venia de respeto a tu alma.

Las nubes son testigos mudos de mi adiós,

y el viento lleva consigo mi gratitud.

 

     Es delicia vital

recorrer la línea existencial del recuerdo,

cada paso un susurro,

cada susurro un latido;

en ese camino encuentro tu rostro.

 

     Con sutiles sacudidas

se despidió de la crisálida vida.

Ahora mueve hacia la eternidad

sus frágiles y traslucidas alas,

libre del peso del tiempo,

fundiéndose con lo infinito.

 

     La exactitud de la muerte

a veces nos sorprende,

llegando sin aviso,

sin tiempo para el adiós;

dejando un vacío que nunca se llena.

 

     Con alas cansadas

se impulsó a lo eterno,

cada aleteo un suspiro,

cada suspiro un recuerdo.

En tu partida nos dejaste una guía de luz.

 

     Flores de suave aroma

rinden tributo

a esa dolorosa partida imprevista.

Cada pétalo una lágrima,

cada lágrima un adiós.

En su fragancia perdura tu esencia.

 

     Una delicada trompeta

libera tiernas notas de despido,

melodía que flota en el aire en sollozos,

su eco cierra el cielo.

 

     El día ha terminado,

cae el telón,

descansa la luz,

en la quietud de la noche

se refleja el brillo de tu recuerdo.

 

23-03-2025

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez

domingo, 16 de marzo de 2025

A TRAVÉS DEL ESPEJO

Por Humberto Frontado


      Mi mano traspasó su delgada piel de silencio,
tocó un umbral frío, un vacío que calla.
El sordo eco de mis pasos arrastró el tiempo
y me sumergió en una nada que avanzaba.

 

     Me adentré en un túnel

de opacidad infinita,

cubierto de sinuosos gritos
donde el instante se deshace;
quebrando el sigilo
y empujando mis horas hacia otros sueños.

 

     Vivo una historia

donde reviven los recuerdos,
fantasmas de risas y llantos de olvido;
son arquetipos que guardan

lo que ya no es cierto
y muestran lo que nunca ha existido.

 

     En aguas tenues

remo mis bruscos pensamientos,

olas de sombra golpean mi esquife
en un mar sin fondo;

sin rumbo, sin viento
donde naufragan las palabras que callo.

 

     Veo rostros conocidos

tejidos de angustias,
sus miradas cruzan el hilo del tiempo.
Siluetas que el espejo desliza
y se pierden en la maraña de viejos recuerdos.

 

     Reposo en arcaicas melancolías,
veo ciudades de polvo

de cansados rumores y ficciones
donde el pasado se enreda

en la fría telaraña

de una pesadilla que no acaba.

 

     Muy adentro

el gélido ruido azota viejas esperanzas.
El afilado viento

corta cualquier ilusión.

La rabiosa metralla

mutila los mozos anhelos.
Veo un desierto inhóspito

huérfano de relieve,
solo se oye el rumor

de cuantiosas almas que tiemblan.

 

     En la llama de la tormenta

se reflejan infinitos temores.
Bramidos de locura y de sombras que gritan.
El espejo rompe su quieto candor
y en sus grietas miles de angustias se agitan.

 

     La sombra de un aletargado suspiro
cobija a un fantasma que flota,

que calla y espera.
El susurro del tiempo se retira
y se pierde en la nada que fuera.

 

     Llegó la hora de apagar la aciaga luz,
salir del desconcierto;

de emerger del espejo y romper el hechizo,
de volver al mundo que ya no es igual.
Dejar atrás el viaje hacia el abismo.


 

16-03-2025

 


Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez.


domingo, 9 de marzo de 2025

CONFESIONES DE UN VIEJO BONSÁI

 Por Humberto Frontado



      Me forjé ínfulas de ser un día

un grandioso árbol de tamarindo

libre y altivo,

pero me moldeaste pequeño,

cautivo sin esperanzas.

 

     Aquí estoy íngrimo y pálido

metido y apretujado

en esta maceta de tenue cariño.

 

     Gigante pequeño en un rincón del jardín,

soy representación reducida de un destino sin fin;

de un absurdo estoicismo, callado y esperando el fin.

 

     El actuar de tu mano es cauto.

Me expones a una cíclica poda,

a los alambres restrictivos;

regado y abonado

pero siempre cautivo.

 

     Mis raíces crecen,

buscan su lugar,

pero me atas y me impides elevar…

¿acaso olvidaste

que me hiciste frágil al moldearme?

 

      Me acuñaste débil,

y mi cuidado es eterno.

Dependo de ti en cada estación,

mi tallo se seca;

mi vida es un infierno.

 

      Escucho mis latidos

débiles y muy lentos,

la sed me consume;

mis días pasan fugaces,

mis raíces gritan en vanos gestos.

 

     El agua que me das

no calma mi arrojo.

Mi espíritu se quiebra,

pierde su color,

he de morir sin sentir amor.

 

      Me podaste,

me alambraste,

me diste forma,

pero olvidaste que mi esencia

está establecida;

soy árbol que anhela su libertad,

es mi norma.

 

      El jardín florece y

yo me marchito

dentro de esta chica vasija.

Mi fin está escrito,

soy un bonsái viejo,

de sueños limitados.

 

     Te confieso jardinero

antes de partir que

aunque me estampaste el tiempo,

no lo pude vivir.

Un árbol no es árbol

si no puede crecer y sentir.

 

09-03-2025

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez.

domingo, 2 de marzo de 2025

RECETA PARA UN SUEÑO

Por Humberto Frontado


 

     Has de buscar un idílico amor

de pasos dulces y sinceros,

como miel que fluye hacia el atajo

de dos almas unidas para un cielo eterno.

 

     Serás felicidad perpetua,

risa en la brisa
en un jardín de instantes.

Serás puro aliento
donde el tiempo se pierde

en su propio soplo.

 

     Has de buscar

la familia anhelada.

Serás el abrazo que ampara
en raíces profundas

que en el cielo se alianza.
Serás hogar que en el pecho

siempre se ha de mitigar.

 

     Buscarás ingredientes perfectos

de sazón en la ilusión,
con una pizca de magia

y un toque de entusiasmo.
Serás la mezcla

que despertará el corazón.

 

     Amistad querida con refugio y calor,

luz que iluminará con suave refulgencia

ese vínculo eterno de ser fiel y con honor.

 

      Devoción emocional

que cubrirá como bálsamo la piel.
Serás palabras que curarán

con sabor a almíbar.
Serás consuelo del que llega

buscando jugar en el desdén.

 

      Serás una estructura incondicional,

sin muros ni mar;
una unión que trasciende

sin nada que exponer.
Serás abrazo infinito

que no se podrá olvidar.

 

     Atado a la melancolía del pasado

serás parte de un recuerdo fugaz,
con sabor que perdura

y que nunca se va.
Serás eco de risas

que el tiempo guardará.

 

     Sazón en todos los términos,

atado a un fuego lento y callado;
sueño que se cocina paciente y tierno.

Sabor que en el alma

quedará arraigado.

 

      No querrás que termine,

será eterno el sabor 

de esta receta de sueños

arrequintada de amor;
un bocado de vida,

un verso a la pasión.

 

02-03-2025

 

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez.


Resumen de la ultima entrega

ODA DEL SINVERGÜENZA

Por Humberto Frontado          N o me avergüenzo de mi placentero actuar. Gozo sin ataduras, sin falsos remordimientos; mi placer ...