sábado, 24 de junio de 2023

ABUELO

Por Humberto Frontado



Abuelo que hice yo de malo
me acerco al lago
en busca de mis amigos los peces
y ninguno responde
a mi llamado;
miro profundo en él
y solo logro divisar,
en su penumbrosa entraña,
lo que en su lecho
solo posee el seco rio,
botellas y potes vacíos
más una enmarañada
capa multicolor pálida viscosa,
que sirve de techo al oscuro fondo;;
va arrastrándose perezosamente
por sobre la superficie,
verde sopa, cuerpo de mugre
cubriendo toda la orilla.
Va andando la negra red,
Impregnada de mis amigos
los peces muertos.

Abuelo qué he hecho yo de malo
por qué los peces me han abandonado.

Abuelo qué hice yo de malo,
todos los arboles
se han secado,
los bosques se han marchitado
como si un otoño permanente
les hubiese atacado;
de sus ramas
no dejan de gotear
hojas amarillas,
parecen nubes cargadas
de una escarcha dorada;
parecen soles llorando
solidas lagrimas
de oro cristalino
que van tapizando
toda la superficie
de esta bendita tierra.

Abuelo qué he hecho yo de malo,
por qué los arboles
han marchitado.

Abuelo qué hice yo de malo,
ninguno de mis amigos
los pájaros
ha bajado a saludarme,
los noto desesperados,
ya no vuelan
en académica discreción,
ahora veo que vuelan
como en busca de salvación,
como huyendo a refugiarse
de una inexplicable muerte.

Abuelo qué he hecho yo de malo,
por qué mis pájaros me han dejado.

Abuelo qué hice yo de malo,
por qué me tienen castigado,
por qué no puedo ver tu rostro,
quiero tocar tus surcadas arrugas
que bañan tu frente,
la cual quiero besar;
es que acaso abuelo
nunca nos libraremos
de estas máscaras antigás.

Abuelo por qué mi pueblo
se ve tan triste;
es qué acaso no están contentos
por su gran porcentaje de humanos;
es qué acaso no están contentos
por la gran cantidad de industrias
que nacen y se multiplican
tan rápido como mueren mis amigos los peces,
mis amigos los árboles,
mis amigos los pájaros.

Abuelo qué he hecho yo de malo
para que mi pueblo este tan triste.

                         1974

domingo, 18 de junio de 2023

RÉQUIEM PARA EL VERDE

Por Humberto Frontado


 

   Verde decadente con rostro desgajado

ven a nosotros y danos serenidad y paz;

vuelve tu presencia a los bosques desaparecidos.

 

    Verde que estabas en las selvas,

ese era tu reino; hágase tu voluntad

y perdona a quienes te han mancillado.

 

    Verde de pasión borrada,

ya no hay alegría en tu rostro

de estaciones sin sentido,

esperando la incisión lóbrega.

 

   Verde otrora que ansiabas

aquellas gotas vinculadas a vida,

que te bañaban de vigor y nobleza.

 

    Verde difunto de esquelética presencia,

estarás en nosotros por siempre,

asombrándonos con tu gama y prestancia.

    Verde perdido bajo una capa

de espesor cenizo,

vuelve a nosotros.

 

    Verde sauce, verde roble,

verde de cualquier banal matorral

que un día estuviste en nosotros.

 

    Verde de desaparecido genio regenerativo,

ya no eres ni serás el mismo.

 

    Verde exánime

que posas en los brazos

de tu madre tierra,

exhalando tu último hálito.

 

    Verde desmembrado

por el torbellino infinito

del antropocentrismo vil que nos arropa.

 

    Verde esclavo que fuiste explotado

sin compasión,

danos hoy tu perdón.

 

    Verde nutriente que aún alimentas

nuestra esperanza en tu infinita presencia,

en este ya moribundo planeta.

 

    Verde ungido en catástrofes

que eluden tu significado

y el sacrificio para con nosotros.

 

    Verde extinto,

tu seducción fue palmaria

y nosotros alrededor de tu ataúd

tu perdón te imploramos.

 

    Verde silente que has mostrado tu rostro desbastado

 

    Verde generoso te acompañan

en estos momentos

acordes fúnebres y dramáticos,

que adornan tu liturgia hecha cánticos.

 

    Verde abad que abarcaste

inmensidad terrenal;

no respetamos tus sacramentos,

henos aquí, sin tu protección

esperando tu renacer

y tu corona de adviento.

 

    Verde gloria, no fuimos capaces

de aceptar tus ofrendas.

 

    Verde resurrección en ti confiamos

cuando escapes de la oscuridad

en la que te hemos sumido;

logres sacudirte las grises cenizas

que te enmudecieron.... amén.

 

18-06-2023

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez

domingo, 11 de junio de 2023

UNA MANGUERA PA´ COCHE

Por Humberto Frontado

 




  Fue una tranquila tarde

en el muelle de la Isleta,

viento suave en la caleta,

sol bajando sin alarde;

¡Dios nos proteja y salve!

gritó alguien desde lejos,

¡va pa´ Coche una manguera!

Aquel lugar fue una loquera,

la gente corrió al bote

sin orden y en cambote,

embarcando como fuera.

 

  El capitán de la nave

emplazó a la cordura,

inició la botadura

en rumbo y viaje suave;

se preguntan y nadie sabe

lo que pasó en el muelle,

un rascao es su resuelle

gritó: ¡Coche se hundirá!

una manguera lo hará;

odiosos lo vieron sin fuelle.

 

  Al llegar el bote a Coche

salió flechada la gente,

buscando salvación urgente

y pasar segura la noche,

bajo oración de reproche

vieron el tiempo pasar

calmo y sin agitar;

¡que vaina el que la hizo!

caímos bajo su hechizo

y lo vamos a linchar.

 

  En la mañana temprano

el primer bote nos trajo

una revuelta de guindajo,

era un grupo de paisanos

con un propósito decano;

han venido a sembrar

exquisito mango en el lar,

eran cuatrocientas matas

la manguera y su lata

que a Coche iba a llegar.


11-06-2023


Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez

domingo, 4 de junio de 2023

EL ATELIER DE ALMAS

Por Humberto Frontado

 


El Atelier encuadra el viejo recinto

que alguna vez estuvo embebido  

de místicas fórmulas propuestas

por rancios alquimistas.

 

Es su ámbito saturado de un aire

de enrarecida inspiración,

en él se crea, reconstruye y parapetea

piezas que ya acabadas y pulidas

salen con brillo propio.

 

Una estancia de apariencia desordenada,

caótica y mágica. Es capaz de resguardar

una reconstruida obra maestra del nuevo obrar.

 

Ungido de una misteriosa sapiensa

un viejo samaritano

es el encargado de reparar

almas resquebrajadas de algunos impíos.

  

Es creador de un vínculo ancestral

entre su clientes

ávido de esperanza emocional.

 

Día y noche a las puertas del misterioso recinto

hacen extensa fila gente ansiosa

de reconstrucción de sus maltrechas almas.

 

El viejo alquimista es capaz

de rescatar de sus cenizas

almas pecadoras ajusticiadas

por la perpetua inquisición

atarugada de fe.

 

Aquellas almas perdidas

abordaban el oasis,

buscando saciar su sed de redención y paz.

 

Rescatadas de la aciaga opacidad

retornan a sus antaños cobijos

danzando su ahora eterna paz.

  

Con la garantía de regresar el diseño único

a cada cliente desposeído,

sin repeticiones y de esencia única.

 

No se entrega un alma igual a otra,

basado en el estudio del compendio morfológico

de cada alma y su estructura,

va haciendo cada una, ajustada a la talla.

 

Utiliza materiales compuestos de encajes,

textiles, faralaos adaptados a cada uno

que encierran una historia única.

La esencia de cada alma reparada

sale del añejo daguerrotipo.

 

No sirven patrones antiguos del cual copiarse;

es un insulto a la creación,

es una extensión de pasión y sentimientos

que quedan vagando en el limbo.

 

Como ente que desarrolla su arte con alta costura,  

logra zurcidos y remiendos hechos a mano,

que va ciñendo a los cuerpos desmembrados

de emoción y fe.

 

El remendón no crea vínculos

ni de emoción ni de apego con sus clientes,

evita ese roce de sobreprotección.

 

El artista almaquimista no trabaja en bocetos,

lo hace directo en el rostro desierto de lágrimas,

en el roto costillar de las ánimas en pena,

que deambulan hasta por un amor incomprendido.

 

Una fila interminable de fantasmales grises seres,

faltos de colorido de fe y de energía de vida,

buscando llenar de colores intensos

sus débiles y fracturados cuerpos.

 

 

04-06-2023

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez

Resumen de la ultima entrega

MAMA MÍA TODAS

Por Humberto Frontado         M ama mía todas, en secreto compartías nuestra mala crianza y consentimiento; cada uno se creía el m...