Por Humberto Frontado
Decía justo antier el primo Justo
que no fue nada justo cuando al abuelo Justo, su abuelo y su papá Justos también
convinieron en colocarle justamente el nombre Justo. Según los viejos Justos el
nombre Justo trae ajustado consigo una impronta injusta y perpetua obligación de
portarse justo en su convivir. De allí que quien lo lleve puede estar sujeto a
sufrir desajustes emocionales, ya que sólo pensará en ser justamente justo.
Antiguamente se creía que el nombre
Justo era como una justa espina que mancilla justo en medio del alma y que
exige ser justo en su justa medida. Hoy Justo en su íntima justa quiere
demostrar su justedad, no por su nombre sino por querer ser sencillamente justo.
Piensa Justo que debiera el tribunal de los justos impartir justa sentencia a todos
los hombres de justa voluntad.
Le decía siempre el abuelo a Justo: Tomar
justicia por tus justas manos no es justo. Si eres severo impartiendo justicia
justamente entre los injustos pagarás justo por pecador. Caminarás sobre el
filo de una ajustada espada, si llegaras a creer que por llamarte Justo tienes
concedida una divina y justa vara de medida. Considéralo más bien como una mácula
llevar tan singular nombre, si te sirve de justo consuelo.
Su abuelo Justo, pudiéndolo ser, no
aspiró nunca el cargo justiciero de jefe civil; pero si fue un justo navegante
y constructor de barcos que justificó, por su justa necesidad, hacer lo justo y
sin avaricia. Se sintió justo en el centro de un desbarajusto existencial cuando
vió a su Dios nada justo permitir que su ahijado Justo perdiera, con apenas
diez añitos, su ojito izquierdo. Consideró
siempre como lo más justo universalmente que Dios fuese por encima de todos el más
justo e insuflara espiritualmente justicia permanente, como una necesidad de
mantener justa armonía entre los justos.
Por eso el llamado justo de
alguien que ha sido coronado con una de las cuatro virtudes cardinales, lo hará
llevar justo sobre sus hombros la báscula prejuiciada y desequilibrada que
pueda medir la carga de Justicia ente nosotros. Su cuerpo se erguirá en lo eternamente
justo, oscilará las cargas conductuales entre los hombres y las compensará en
un justo apartado lugar del tiempo.
“La importancia de ser justo
pareciera ser injusta para los Justos y no para los pecadores”.
Justamente muy bueno
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