Por Humberto Frontado
De enana
prestancia
te pavoneas entre puyudos
cardones y tunas,
presumiendo tu redondeada
panza verde oscura.
Rechoncho
de talle,
esgrimes amenazante
tu puntiagudo costillar
manado de estriados racimos
de espinas curvadas.
Sosegado
cubres tu chata cabeza
con singular gorro de lacio pelaje,
tejido de un escarchado
pelambre marronrojado.
Un ramillete
de púrpura flores
adornan tu testa.
Es un tocado insinuante
que invita dulce y graciosa
a mariposas que no llegan a la cita.
Como puntual
reloj
exhibes al atardecer,
todo apetecible,
tus diminutas zanahorias
brillantes en un tono rojo magenta
que encandilan al apacible sol.
06-07-2024
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez.
El pichiguei se ve en las zonas áridas de los cerros de la isla de Coche, seguro es un manjar para los pobladores de este olvidado pueblo.
ResponderEliminar