Por Humberto Frontado
sin mediar intención,
acuchillas gajo a gajo;
aporreas placida
la dermis de quietas almas
que esperan
tu unción
en perpetuo reposo.
Buscas
en cada piel
sacar cacofonías
particulares y diáfanas;
se ensamblan
a tu perpetrado concierto
metales, arboles
y charcosos suelos.
Preñadas
nubes
de ovejuna apariencia,
atizas tu embebido
pelaje enmarañado
salpicando extensiones
de latitudes sin tiempo.
Presumes
sin vergüenza
esa perenne gama
de absurdos grises;
acorralas pasiones
impregnadas de tristezas.
Te acompaña
esa silente niebla
que acosa y ahoga
hecha toda pretensión.
Nos
sigues,
nos acosas,
nos adentras,
no tienes compasión.
23-09-2023