Por Humberto Frontado
Muy
adentro,
en las oscuras entrañas
placen las profecías autocumplidas;
moldean almas sedientas de certeza.
Ataviado
de intrincados por qué,
te aferras a la conducta y razón,
incomodándolas con tu sombra eterna.
Regurgitas
desde movidas entrañas,
reclamas tu constante presencia
para encender el éxito o la derrota.
Auténtico,
a veces cariñoso amigo,
íntimo y fiel compañero de vida.
Tallados destinos por implacables manos.
Untado
en la mente como vieja canción,
tarareas sus versos en el silencio
con una nostalgia que no se desvanece.
Brotas
por guaridas y hondos pliegues,
en recovecos intestinales del alma,
donde anidan miedos e inocentes dudas.
Amoldas
los humores pestilentes
que fermentan en las oscuras vísceras,
convirtiéndolos en savia o en hiel.
Semilla
que nació en tierno surco fértil,
creció a merced de la voluntad de otros,
fue regada con agua bendita o perversa.
Almas
laxas,
necesitadas de guía,
preconizan una purga saludable
que las libere de tu invisible yugo.
¿Cómo
prospera un país sin expectativas?
Ausente de su “pigma” transformadora,
herederos labraran sobre el mar.
22-06-2025
Corrector de estilo: Elizabeth
Sánchez.
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