Por Humberto Frontado
Mi errabundo pensamiento se pierde
en un lejano y solitario camino húmedo todavía, una tenue y gélida llovizna la
cubrió al amanecer. Apenas los perezosos rayos del sol comenzaban a iluminar la
arboleada estancia. A un lado del camino veo una pequeña cruz de madera,
pintada de blanco ya desteñida, con algunas dedicatorias escritas de amigos y
familiares. En la inscripción principal un nombre y la fecha de su partida
(23-02-2011).
Contemplo por un instante el solitario y triste paisaje, de repente una borrasca
de tiempo se posesiona en mi mente y en segundos me proyecta algo sucedido
tiempo atrás en ese sitio. Miro nuevamente aquella sencilla cruz y escucho decirme
lo que es.
Una cruz de madera… en espera
permanente de algún peregrino sediento que se digne a detenerse ante mí y lance
una oración o un deseo a los cuatro vientos que logre calmar su sed.
Una cruz de madera… que marca el
aciago lugar, punto del que partiste y que no tendrás retorno físico, pero tendrás
el comienzo de una presencia constante, porque serás una imagen que perdurará
en el tiempo; no envejecerás, no trasmutarás, no cambiarás y te mantendrás con tus
colores permanentes. Con tu eterna expresión que el tiempo respetará y no podrá
alterar jamás.
Una cruz de madera… que irradia un
mensaje permanente y claro sobre nuestra fragilidad, nuestra vulnerabilidad
ante todo lo que nos rodea. Somos huesos enfundados en blanda carne y tendones
que se exponen al filo acerado del acontecer de la vida.
Una cruz de madera… que nos advierte
sobre la velocidad a la que llevamos nuestras vidas. Nos demanda tener
consideración con nosotros mismos y con los que nos rodean. Nos alerta a que
pongamos atención a los miedos que frecuentamos, muchas veces ellos
inteligentemente nos envían recados en una frecuencia que lamentablemente no somos
capaces de descifrar.
Una cruz de madera… que nos advierte
ante la actitud que absorbemos cuando nos paseamos por el limbo en el que
esperamos lo que sea, resignados a lo que suceda. “Es difícil valorar que
estamos bien cuando el peligro a todo es inminente”.
Una cruz de madera[HFM1] … que nos enseña que somos esclavos de
una memoria. Nos hacemos promesas sabiendo que somos ingenuos con poca cabeza
para cumplirlas. Nos hace pensar en lo que debemos hacer y que nuestros hechos
coincidan con los de la mente, que al final son nuestros deseos.
Una cruz de madera… que nos recordará
siempre que debemos mantener vigente el precepto de la vida, “nunca los padres
deberán ver partir primero a los hijos”.
Una cruz de madera… que nos dice que la
suma de nuestros actos de amor y cariño para con los demás serán los que garanticen
y amplíen nuestra eterna presencia.
Una cruz de madera… consciente que
cada gota de lluvia que la humedece son lágrimas derramadas por todos los seres
que me han amado. Cada rayo de sol que la ilumina viene de cada uno de los que me
piensan y recuerdan. Cada soplo de viento que la estremece viene de los eternos
cálidos abrazos que me dieron y me darán por siempre.
23-02-2022.
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez.
Maravilloso! Asdrubal
ResponderEliminarMeditando en cada palabra de esa cruz de mader.
ResponderEliminarExcelente
Esa cruz de madera la cargamos todos en silencio para que el camino coincida y lograr unirnos.
ResponderEliminarMaravillosas palabras que denota el amor que sale del alma💔.
ResponderEliminarUna Cruz de madera que recuerda el lugar de tu último respiro, pero jamás de tu olvido! 🥺
Memento mori
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