Introitus mentales)
Por
Humberto Frontado
En un frío y empolvado rincón de una
vieja pulpería, un hombre ya entrado en años y vestido con roídos atavíos de
gaucho comenzó a vociferar cosas. Con golpeadas palabras que se agitaban en una
sinuosa cadencia se iba amasando un largo y sugestivo poema; con él narró sus
penurias a los pocos paisanos que allí estaban. Ahijuna dijo en voz alta
buscando hacerse notar y se presentó: Me llamo Martin Fierro y vengo de las oscuras
profundidades de mis rancias pampas, más de allá que de acá. Me disculpan si al
sacudir el húmedo y frío moho que cubre mi atribulada esperanza los salpica. Según
me dicen para haber llegado yo hasta aquí debí converger en una línea de
sincronicidad relativa de tiempo y espacio casi fugaz. No sé qué significa esa
enredina. Ansina tengo el tiempo suficiente para chamuyarles algo que un
pequeño chingolo voló a decirme en mis siderales oídos.
Espero todavía tomar un pequeño guascazo
del resplandor de luz que emana la eterna esfera para erguirme en pelo sobre el
lomo de mi caballo sin cabestro; asirme a su blonda crin azabache y cabalgar un
poco a paso lento por el atribulado pensamiento de la actualidad argentina. Mi
mate se ha enturbiado, se emponzoñó con un dizque edulcorante saborizado; se ha
desarraigado de la buena tradición que hemos heredado por siglos. Esas usanzas
se extraviaron en el camino porque nos ha valido más aferrarnos precisamente a lo
paupérrimo de los ideólogos. Nos hemos apartado del pensamiento consciente y
sensato para apegarnos a tantas boludeces. El tiempo es el único remedio que nos
destraba de toda la psique que abordó a quien otrora propuso algo. El cambio
continuo en la sociedad nos exige apegarnos a ellos, precisamente para
evolucionar.
Se ahogan en suntuosos quilombos
de parafraseo de lemas subcutáneos, que impresionan por los símbolos abstractos
que representan y de donde se agarran, se aferran como una garrapata en la verija
de quien lo dice. El pensamiento político sólo se atiene a los malos propósitos,
no hay nada nuevo o novedoso; lo adorna siempre la misma mala intensión: joder
al más débil, al que menos tiene. Lo bueno es que lo que se gesta lo maulan con
una cagada que los desacredita. El deporte, el arte y todas las manifestaciones
culturales lo impregnan de su incapacidad de pensamiento y rigor. La vulgaridad
y expresiones soeces están por encima de las buenas costumbres. Creen que con
levantar la voz también los levitan y le dan derecho a estar por encima del que
no tiene poder ni dinero. Hablan de la defensa del feminismo, de los animales,
del aborto y de otras tantas cosas, dejando atrás la obligación que tenemos
ante nosotros mismos de respetarnos y apoyarnos. Tanta contaminación moderna nos
atosiga de boludeces.
La publicidad y el dinero hacen al
hombre de provecho y nada cuenta más que eso, para que otros lo sigan en los
medios: Facebook, Twitter, Instagram, etc. Son políticos con un pensamiento y
convicción de pre y pronto pago. Veo que entre los hombres prevalece el que va
matrereando todo el día: susceptible, receloso mirando pá tos lados para evitar
ser engañado… y nada, siempre morirá en la orilla.
La pequeña ave me ha contado que por
los predios de la cementada y monticular capital corretea a sus anchas un
singular espécimen charuto que con su aturdidora y lenguaraz bocaza es apodado
el “argentilósofo”. Un locuaz leguleyo y rapaz simplón que envuelve a todos con
su dizque sapiensa. Recurre a eventos partidistas para darse un lugar, hace
presencia en simposios, en reinauguraciones de cualquier cosa o lugar que ya se
ha reinaugurado. Allí aprovecha para manifestarse sobre no sé qué, hablando por
horas o mejor dicho leyendo sus aburridas y redundantes notas trasnochadas y aún
jumeadas; por ejemplo, haber descubierto los oscuros y salitrosos caminos de lo
que fue la dictadura, denunciar la sinvergüenzura de los que han robado y
saqueado al país, haciendo una gran alaraca como si eso fuera una novedad. Se presenta
desplegando todo su plumaje de gran atorrante, el perfecto sinvergüenza que
vive sin laburar y con cierta historia siempre en la punta de la trompa. Su facha,
lo mismo lo camufla de prestigioso artista que de inmolado “patriota”. Con su cara
de “yo no fui”, nos lo quieren vender como el
nuevo líder pá lo que sea. Conoce a ciencia cierta las bondades de los gobiernos
extranjeros, porque busca moviendo palancas ser enviado por su partido en
calidad de observador a unas largas vacaciones, con todos los gastos pagos, en
los mejores hoteles.
Yo viví aciagos momentos y creí que
se acabarían, mas no fue así, nadie nos defendió y todavía en pleno siglo veintiuno
se estila la misma mierda. Pareciera que hemos permanecido estáticos, postrados
ante los mismos miedos de siempre. Hay otros políticos mozos usando discursos
más modernos con un brillo de atrayente luz led, adornados de aditamentos, con más
consejeros publicitarios que políticos. Hablando de política las estrategias de
conseguir atención siguen siendo las misma: ofrecer labure y morfar. Todas esas
personalidades son recibidas por una gran cantidad de gente dopadas con su
dosis de prozac que sutilmente les concede el gobierno, es mucho mejor y más
económico mantenerlos catatónicos, a que salgan a protestar o reclamen lo indeclinable.
No nos vamos a desprender de la perenne
arrogancia que nos impregna y que absorbimos de quienes nos heredaron:
españoles, italianos y todo europeo que tenía una clase o nivel social acomodada
y con privilegios imperativos, que les permitió gritar y abusar del que estaba
por debajo. Todo lo queremos arreglar con impertinencia y con macanudos gritos.
Todavía estamos a tiempo de dejar un legado de humildad y benevolencia a los
que adquirirán los esquicios de cultura que estamos trazando en estos
convulsionados tiempos.
Lo último que quisiera ver antes de
convertirme en polvo cósmico y partir hacia no sé dónde, es que la gente tome
conciencia de lo que en sinceridad somos e idealicen con sus valores. Lo otro,
es que perciban su apego a la tierra y la naturaleza, donde vuelvan a sentir ese
romanticismo de otrora. Que tejan para la posteridad un racimo de esplendidos poemas,
que narren sus vidas como algo que trasciende lo sutil y emocional…sólo eso.
24-04-2022.
Corrector de estilo: Elizabeth
Sánchez.
Excelente como siempre tú Baturrillo mi buen Humberto, en éste ya lo leí una vez, pero créeme que lo leeré más de una vez por lo contemporáneo y futurista, porque mantiene su vigencia, como la gaita de la Grey Zuliana, y además porque hay un sin número de palabras que debo buscar su significado para entrarme aún más en su contenido y mensaje. Excelente nuevamente, te felicito por la pluma y que DIOS me los bendiga y proteja. Mil saludos.... José Alberto González Torres.
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