domingo, 16 de octubre de 2022

LA SUBLIME MENTIRA

 Por Humberto Frontado


           La noche se hizo añicos con el impacto de aquel grito horripilante y extendido lanzado al aire por un hombre, que trastabillando y desesperado pedía auxilio. Se desplomó herido en medio de la calle a poca distancia de la casa donde vivía. De inmediato los vecinos se asomaron y acudieron a socorrer al maltrecho y ensangrentado hombre que ipso facto reconocieron. El noctámbulo personaje era Chemón, de allí mismo del pueblo y presentaba muchas heridas en el rostro y brazos. Los que le ayudaban lograron incorporarlo y lo acompañaron hasta su casa; mientras caminaban le sacudían el polvo, le iban quitando la sangre de las heridas y no dejaban de preguntarle sobre lo sucedido. Ya en su casa y siendo atendido por su trasnochada mujer, el hombre tembloroso y con voz entrecortada confesó su terrorífica historia.

           Comentó que había estado tomándose unos tragos en el pueblo del Cardón situado más abajo y al darse cuenta de que se le había hecho tarde decidió regresar. Venía caminando tranquilo hasta que se percató que estaba próximo al sector del Gran Roque, a partir de allí se llenó de valor y apresuró el paso ya que en ese misterioso paraje ocurren apariciones de chiriguas y espantos.

           Se dice que muchos años atrás este lugar había abarcado un pequeño cementerio que luego fue abandonado. Los primeros habitantes del pueblo de Valle Seco dejaron leyenda de que allí se habían desenterrado varias osamentas. Estas pudieron haber sido de los primeros visitantes que llegaron a esta isla a explotar el negocio de las perlas. Lo cierto es que no quedó registro del paradero de los esqueletos de los difuntos. Esas almas quedaron en pena y ahora suelen salir al paso de los caminantes desprevenidos y retardados, sobre todo los que vienen pasado de tragos. Los persiguen y acosan por un rato hasta abandonarlos todos aturdidos y sin aliento. En este caso se repitió la historia, apareció la Chirigua exigiendo tributo al osado que interrumpió su descanso, pero esta vez el ánima se sobrepasó al herir con sus uñas el rostro y brazos del amanecido.

           Al día siguiente la noticia se corrió por todo el pueblo y de allí hacia el resto de la isla. La gente hacía remembranza de eventos similares sobre la aparición de la Chirigua y su corte, de la forma que hace correr a los borrachitos que se atreven a pasar por las zonas prohibidas. Este es un hecho que se debate entre dos aguas: lo insólito de esas anécdotas que pone en entredicho su veracidad y la sinvergüenzura de la gente de hacerlo cierto, ya que lo repiten hasta la saciedad.

           Esta fábula al igual que otras se va sumando a la historia mística del pueblo. Cada narrador pueblerino le añadirá o maquillará según su estilo. Al transcurrir los días las personas que se encargan de llevar y traer las noticias del pueblo las meterán en su repertorio particular. A estos simpáticos y necesarios personajes se les encomienda la tarea de registrar en sus bitácoras todos estos acontecimientos, aderezándolos y adjetivándolos con sus particulares recetas de exageración. Así como el Jefe Civil se gana su puesto por su seriedad y equilibrio de justicia, a estos populares seres se les consienten y escuchan con benevolencia y cariño. Ellos viven en un mundo de mentiras e invenciones que son contadas sumissa voce.

           Cada pueblo presume de su particular espécimen por su jocosidad e inventiva. Celebran y veneran sus cuentos, cachos y toda clase de ocurrencias.  Son mantenidos vivos arropados con el perdón de la generosidad de sus allegados y toda su deseada audiencia. El cuartillo de ron en el bolsillo trasero del pantalón les ayuda a fluir y ponerle más gracia al cuento, anécdota, chiste o cacho. Uno de esos inofensivos mentirosos dijo una vez que “la mentira más dolorosa se puede tragar aderezándola con bastante miel, ya dentro del buche será cosa del pasado”. Estos folclóricos personajes adornan sus cuentos y preparaban de memoria su parlamento, eso es lo que hoy en día hacen los afamados y celebrados “Stand Up Comedy”..

          Los cuentos como el narrado al inicio se estrenaban como las películas del momento, era material de primicia y había que sacarlo en primera plana; a veces con una pizca de amarillismo, para captar la atención de la audiencia que estaba acostumbrada a estos ventorrillos, más aún cuando no había otra cosa por hacer ya que la labor de la pesca había mermado y la bendita salina apenas estaba empezando a cuajar.

           Las risas y los halagos son las recompensas que nutren la creatividad y los hace felices para crear historias todo el tiempo; de cualquier pasaje diario entre los habitantes, crean cuentos e historias jocosas. Los habitantes del pueblo, aunque reconozcan las claras mentiras en sus parlamentos en lugar de criticarlos los azuzan para que continúen en su labor; saben que si los rechazan será peor, porque luego se ahogarán en alcohol volviéndose prisioneros de su propia mentira.

           Chemón, aún adolorido por lo sucedido esa madrugada se sentó a la mesa a desayunar. Su esposa Chepina le sirvió en un plato de peltre una arepa con dos presas de pescado frito, ella se sentó callada en el frente y se lo quedó mirando fijamente. El hombre convaleciente se sintió incomodo y esquivó aquella asesina mirada, presentía que su amada Chepa no se había tragado el cuento de la bendita Chirigua. Mientras comía, aquella sagaz damisela logró proyectar en su mente y en panorámica nitidez la nocturna escena cuando Chemón saltó una tapia y corría amenazado por alguien; lo habían sorprendido en casa ajena en una escena de amor. En medio de la oscuridad brincaba despavorido llevándose por delante retamas, cardones y tunas. Logró salir a la calle todo desgarrado por las afiladas uñas de los xerófilos espantos.

 

15-10-22

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez

3 comentarios:

  1. En el sitio denominado Nan Vasquez de VIctoriano Bermúdez en Margarita también les salía la chirigua...cuenta Benita Bermúdez!mucho susto pasaban..jajajaja

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