Por Humberto Frontado
Aún vives entre dos aguas
en un frío incierto.
Hacia dónde convergen
eso te resbala, es lo de
menos.
Pareciera
que la incertidumbre
te nutre, te hace más fuerte.
Dicen las húmedas lenguas
que una morena y perfumada
silueta habanera te acarició
en un oscuro y bullicioso
burdel;
y que también
en tu pertinaz andar
hasta te zarandeó y mareó
el encanto de las aspas
de un recién nacido
molino rojo parisino.
Te pervirtieron
llevándote hasta el límite
de escalofriantes pasiones,
lóbregos parajes
que inspiraron impropios
arrebatos y gemidos
extraños.
No
podrás morir
mientras vayas asido a la
crin
de ese potro gaucho
que galopa
atravesando las gélidas
pampas
en el susceptible
tropel acompasado
en tiempo y espacio.
Rojo vestido
advierte tu impetuoso andar,
movimientos moribundos
zigzaguean tu entalle.
Se languidece el vivir por
ti,
por tenerte,
por morir en ti.
Tu prosa abarca
todo un cielo
encapotado de estelas
de abandono,
de largo sufrir.
Te encadena
un frío viento
que la más
vigorosa manta
no puede sosegar.
Un bandoneón
de aparición tardía
vino a completar
el mugir de ese hombre
despechado,
sin esperanza;
dispuesto a morir
en un suspiro.
Esas voces gallardas
aún se escuchan
con apariencia remozada,
impregnadas de un tiempo
que corre al revés,
sobre en una ruleta
que lleva otro sentido…
! viva el Tango!...
! viví el Tango!
21-10-2023
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario