Por Humberto Frontado
Se entrelaza mi yo
a una pesada amalgama
de pronombres vacíos,
a una inútil masa viviente
adicta a singulares vicios
sin sentido.
Yo ausente de mi estima
me hago más complejo,
sin equilibrio en mí mismo,
lejano de mi amor propio.
Yo metido hasta el tuétano
en una oración
circunstancial,
de corto predicado;
sin sintaxis y mucho menos
sentido,
deambulo por los pasillos
de un ser sin ser nadie.
Mi amor por mí
nada en una charca
de opaca y viscosa agua,
que refleja mis viscerales
decisiones;
es mucho menos el por ti,
y es más por defecto que por
exceso.
Yo, quien no me quiero en
abundancia,
buscaré presuroso esparcir
mi amor en los demás
hasta agotarlo,
buscando complacer mi
conmigo.
Yo camino la cuesta buscando
la mejor versión de mí,
una maraña de retamas
retorcidas en los bordes
cubre mis pocas virtudes;
sobresalen a la luz
mis defectos en excesos,
me calmo viendo y
parafraseando
tú, te, ti, contigo.
El andamiaje
de mi hueca estructura,
fraguó en una masa porosa
llena de mi inocencia,
llena de vicios heredados
que aun perduran conmigo.
Busco avanzar y superar mi yo
dejando mi pasado,
conmigo se viene mi lastre
que busca comparecerse
y no me abandona,
no veo el presente.
Me convertí en mi peor
enemigo:
yo juez me juzgo,
soy mi castigo;
aposté a mi paciencia,
me pediré perdón.
Conmigo mendigo entablar
un vínculo emocional,
en momentos se pierde,
desaparece;
me busco a tientas
y no me encuentro,
me veo egoísta.
Conocerme a mí mismo,
sin ser uno mismo;
el miedo y el rechazo
me han hecho otro.
Soy ciego para mí mismo
no hay virtudes sólo
defectos.
Yo tendré que ir avante
conmigo,
y si te me acercas,
te acompañaré sintigo.
21-04-2024
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario