Por Humberto Frontado
Juro por Dios,
por la Virgen,
por todos los santos y
aparecidos;
antepongo a ellos
mi inmaculada integridad,
sin considerar
lo que otros envidiosos piensen.
Juro, aun siendo mi deber,
cumplir mis actos
con la debida rectitud
de esta sinuosa conducta
que ha sido asaltada y
mancillada
por la codicia
de los que me acompañan.
Será malsonante
pero juro por mi madre santísima
que te querré por siempre,
así Dios no lo quiera.
Juro y declaro
con la máxima garantía
de esta dubitativa verdad,
que ha de batirse a muerte
en un perenne duelo moral.
He de cumplir mi propósito,
lo juro ante el omnipotente;
antepongo toda la corte
celestial como testigo.
Hasta Dios se obligó jurar
ante sí mismo
mantener un cierto orden
en este paraíso terrenal,
ésto le ha costado él mismo
y su ayuda.
Como un empedernido ludópata,
juraré por siempre
con preciso envite;
pondré como ofrenda
mi patria mancillada,
mi bandera toda cambiada y
desgastada;
mi dignidad,
y, por último, mi enclenque
salud.
Mi honor está tan ultrajado y
desnutrido,
que bastará un racimo de verdolaga
o bleo
como garantía de este juramento
que hoy hago.
Pongo como testigo
de mi serio juramento
a este perezoso sol
que aún se restriega los
ojos
en su despertar.
Juro por Dios
y, por si acaso,
al mismísimo diablo;
no vaya a torcerse lo que
digo
en su camino al juicio
final.
Juro por este desteñido estambre
de mi bigote
y me persigno tres veces
dando una genuina
y andamiada fuerza
a mi verdad verdadera.
Juro ante mi juicioso Dios
piadoso,
que cercano al juicio final
sus ordalías infieran
la sensible inocencia de mis
actos;
que no haya equivocación alguna
y me manden al purgatorio canónico.
Pongo mi mano
en el imaginario sepulcro
del apóstol San Pedro
y todo el resto de los
santos,
para que sean testigos de mi
verdad
o vengadores de mi perjurio …amen.
16-06-2024
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez.
Ya no jures más, te creo
ResponderEliminar