domingo, 27 de abril de 2025

LA SAGRADA PAPA CALIENTE

Por Humberto Frontado


 

     Muerto el Papa, viva el bisoño Papa

que angustiado reza por no ser elegido.

El humo negro demora su destino.

 

      Un cónclave de ambiente turbio

ensombrece al templo mayor.

Los cardenales trinan susurrando

entre sedas rojas y pactos grises.

 

     Una inmensa papa caliente

va brincando casi suspendida

entre las muy pulcras y dudosas manos cardenalicias,

húmedas de sudor bendito;

conscientes de estar por heredar

el fuego eterno.

 

     El novicio pontífice

ha de cargar modernas cruces:

escándalos que no se sofocan con agua bendita,

fieles que ya no creen en módicos milagros.

 

     Dos facciones rompen el tabernáculo:

reformistas con ásperas llaves progresistas

y conservadores aferrados a incensarios vacíos.

 

     Geopolítica y finanzas rojas

manchan el dorado cáliz.

Hasta el espíritu santo

duda en aprobar esos acicalados arqueos.

 

     Se han permeado sacras intimidades

por grietas que han estado abiertas

desde el oscurantismo añejo,

y no se van a tapar con purpúreos indultos.

 

     La Iglesia, fracturada y febril,

expuesta a virus laicos

que no respetan blindadas sacristías.

 

     Un papado globalizado juega

a pasar la papa caliente

entre manos ungidas de ambición y miedo.

Un nuevo viacrucis por comenzar.

 

     La papa humea y su exhalación

no es blanca, es de duda y pena:

¿quién querrá morder

esta ponzoñosa hostia?

 

27-04-2025

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez.

domingo, 20 de abril de 2025

NO ME JUDAS

Por Humberto Frontado

 


      No me traiciones en el fulgor

de las tres negaciones,

ellas son ajenas al evangelio;

al unísono los tres gallos cantan

y la noche se desangra en silencio.

 

     No me digas que estoy poseído

por razones diabólicas,

cada vez que la envidia me devore

y las miradas se pierdan

en sombras prestadas.

 

     No me estigmatices por treinta monedas de oro.

Soy fragmentos de un medioevo tardío;

quedó mi nombre en la historia

como un beso con precio.

 

     No me marionetees con rígidas cuerdas

que pendulean en orientaciones absurdas,

meciendo una eternidad

que solo conoce ciclos de infierno.

 

     No me teologices con argumentos vanos,

fantasmas entre la envidia y la muerte,

sin rumbo, sin luz,

solo palabras huecas.

 

     No me ofrezcas tu alma marchita,

tan escasa de razón,

tan llena de vacío,

de destino incierto

y en manos que nunca la poseerán.

 

     No me teatralices como una encarnación maligna,

fingiendo ser penitente entre hechizados,

cuando mi drama es solo un disfraz de culpa.

 

     No me encasilles en parábolas mancilladas,

donde ángeles y mitos tropiezan sin predicar,

solo justifican un trazo torcido.

 

     No me Judas con ese dialecto estéril

sin método, sin fecundidad;

es una cuerda que aprieta y me ahorca.

 

20-04-2025

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez.

domingo, 13 de abril de 2025

ODA DEL SINVERGÜENZA

Por Humberto Frontado


 

      No me avergüenzo de mi placentero actuar.

Gozo sin ataduras,

sin falsos remordimientos;

mi placer es ley y nadie podrá juzgarlo.

Hay de aquellos que osen criticarlo,

pequeños hombres con máscaras de virtud,

¿quién les dió el derecho a señalar?

 

      Seré de menguada moral, ausente juicio,

poca consideración, pero libre;

mis actos no piden perdón ni permiso.

Me tacharán de truhan o malandrín,

pero mis atributos los ansía el venerable rey.

 

      Enaltezco mi don porque soy como soy,

no hay velo que me cubra,

ni mentira que me ate;

soy el espejo que los hipócritas rompen.

 

      Mostrar vergüenza es debilidad de carácter,

sería deshonesto fingir modestia;

mi risa es franca, mi orgullo legítimo.

 

      Desvergonzado porque no me entienden,

la naturaleza me eligió, me dió este don;

no soy un error, soy un sublime diseño.

 

      Mi egoísmo está justificado,

nace de un trágico deseo,

de un hambre antigua.

No pido comprensión, solo silencio.

 

      Siento pena por los que de mi se indignan,

mientras clavan sus dagas con sonrisas;

yo al menos soy sincero en mi vileza.

 

     Me fortalece saber que piensan en mí,

que en sus noches mi nombre les quema;

soy una brizna que no pueden apagar.

 

     No me critiquen cuando alivio mi carga

en hombros ajenos,

ellos están para usarse.

La vida es juego donde prevalecen las trampas.

 

      Soy íntegro, no me sujeto a imposiciones.

Las reglas son cadenas para mediocres,

mírenme con odio, pero mírenme.

 

13-04-2025

 

Corrector de estilo: Eliza Sánchez.

 

 

domingo, 6 de abril de 2025

EL VOLANTÍN

Por Humberto Frontado


 

     Enredado quedó mi volantín

entre cabuyas y su rabo de tela.

Viendo hacia abajo todo tembloroso

sus alas rotas se mecían,

presas de aquel monstruo traicionero.

 

      Desde abajo lo miraba impávido,

crucificado, diminuto e impotente.

Aún con vida se estremecía

entre las tres rayas eléctricas,

agitándose como un pájaro herido.

 

     Día tras día, camino a la escuela,

veía cómo se le iba desgajando

sus carnes ante el seco viento.

El papel descolorido,

deshilachándose en guiñapos.

Lentamente devorado

ante un cielo indiferente.

 

     Esquelético mostraba

sus tres varillas de caña brava,

aún atadas en las aristas

y tostadas por el candente sol.

Resistiendo el olvido,

como un fantasma

de lo que una vez fue alegría.

 

     Aún recuerdo los intentos vanos

de rescatarte con mis amigos;

piedras lanzadas, palos alzados.

Risas que se volvieron silencio,

y tú, cada vez más lejos,

más exánime.

 

     Largas noches recordando

esos increíbles momentos

de volátiles aventuras entre los dos,

cuando el viento nos hacía cómplices

y el cielo era nuestro reino.

 

      Te hice correlón cuando menguaba

el inconsciente viento seco de verano,

y corrí contigo hasta

que mis pulmones ardieron;

hasta que fuiste solo

un punto en las alturas.

 

     Gracias por compartir y ser tolerante

con mis exigencias de vuelo.

Permitir dejarte llevar en mis sueños aún,

por ser mi nave en el azul infinito,

por enseñarme a soltar y a perder.

 

     Quedan aún en mi mente

los brillosos colores de tu cuerpo.

Ese rojo que desafiaba al sol,

ese azul que robaba pedazos de cielo.

Tu larga cola ungida en polvo cósmico.

 

     Solo queda la desesperanza

azotada por el impertinente viento

que todavía sacude implacable tus restos,

descuadriculado, sin forma.

Un recuerdo sin dueño,

y yo, aquí abajo,

aprendiendo a volar sin ti.

 

06-04-2025

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez

Resumen de la ultima entrega

CENA CON EL POLÍMATA

Por Humberto Frontado        T ras rendirle los más altos honores, uno tras otro se acercó a la larga mesa del salón oval.      ...