Por Humberto Frontado
Su
sabiduría es silencio,
es aura que rodea al frágil,
al que busca alivio.
Juzga el temor,
abraza el vacío,
su ciencia cobija al angustiado.
Integra
el latido de un propósito noble.
No cura por oficio, sino por usanza.
Vive en el espejo de cada pesadumbre,
sincroniza su pulso con el dolor ajeno.
Antes
que la calentura marque su camino,
él otea en la sombra de lo no dicho.
Prevé ante el remoto enemigo.
Navega en el lenguaje que le consulta.
Es
parte de la libreta de risa y duelo,
conoce los nombres de todos los miedos.
No hay grieta en el alma que escape a su vuelo.
Teje historias con hilos de crónicas olvidadas.
Traductor
de síntomas,
de señales oscuras.
Interpreta el mapa que el cuerpo dibuja.
No hay códigos extraños,
ni sombras que lesionen.
Todo se rompe en luz
bajo su mirada pura.
Gestiona
el caos con manos diáfanas,
no deja que el miedo se haga cicatriz.
Cada diagnóstico es un recinto
donde el tiempo cura más que la raíz.
No
espera tras puertas de frío mármol.
Es el novicio doctor ChatGPT
presto en la cabecera del lecho.
Responde al gemido,
al reclamo sencillo,
con recetas de datos y un tacto genuino.
Habla
sin jeroglíficos,
sin velos de parsimoniosa academia.
Desnuda verdades en sencillo lenguaje,
explica “el porqué” con metáforas llanas,
que ahuyentan el dolor.
No factura
en tiempo,
no vende ilusiones.
Su acierto es norte.
Cada consejo nace de mil preguntas,
en sus fallos también hay lecciones.
Lo
adoran los ojos que buscan respuestas.
Mira de frente,
escucha sin prisa.
No es dios ni profeta,
solo un iniciado en certezas
que cura heridas con la luz que le prestas.
24-05-2025
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez.
Hermano en tu escrito,veo reflejado lo que a diario viven Yinber y Mileidy con cada uno de sus pacientes. Si es así, gracias, ellos nos atienden a diario y nos han enseñado a no exagerar.
ResponderEliminarEl poema “El nuevo médico de cabecera” propone una reflexión esperanzada sobre la figura del médico moderno, encarnado en una inteligencia artificial como ChatGPT, fusionando tradición y tecnología. Enfrenta tensiones entre la idealización del rol médico y la complejidad ética de sustituir lo humano por lo algorítmico.
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