domingo, 7 de junio de 2020

EL BOLO, LA CANGREJA Y EL ZAMURO


Por: Humberto Frontado



         En la playa, a un lado del muelle las tenues olas de la mañana traen a rastras un pálido y moribundo bolito(1); pasó toda la noche retorciéndose del intenso dolor que le producía una herida en su boca. La cortada se lo había provocado un oxidado y lacerante anzuelo de algún noctámbulo pescador. Lloriqueaba desconsolado y entre mocos se decía a sí mismo.
         - Bien me lo decía mi mamá, que no viniera de noche a buscar comida en este muei.
        Se ha desangrado todo por la desgarrada herida en su boca. El labio superior se le abrió quedando como un boquinete. Ha perdido su fuerza y no puede coordinar sus movimientos, quedó a merced del arpegio de las odiosas olas que continuamente lo llevan y traen, que lo arremolinan y estropean más de la cuenta.
        Muy cerca del atolondrado y doblegado bolo se encontraba una curiosa cangrejita que tenía rato frotándose las tenacitas, veía su suculento almuerzo ir y venir al son de las ondas, dejando que se sazonara en su esencia de delirio. Impaciente la intrépida crustácea se le acercaba tímida de ladito al escamado. Él viéndola de reojo y presintiendo un molesto pellizco se movía para advertir que todavía estaba presente, buscando siempre estar cubierto de agua. La escuálida jaiba reculó unos pasos y decidió esperar tranquilamente diciéndose a sí mismo.
        - Solo es cuestión de tiempo, esperaré a que se cocine lentamente.
        De repente una sombra negra venida desde el cielo lo espantó e hizo que se zambullera violentamente y desapareciera. Ya segura en el agua notó que era un Zamuro(2) que había aparecido de la nada. La brisa abanicada por el carroñero despertó al debilitado pececillo, quien se sacudió violentamente para incorporarse haciéndose notar por el nuevo comensal que hasta ese momento no había sido invitado al banquete. El guaraguao se retiró de la orilla para que no se le mojaran las patas y se le engarrotaran los dedos. Recogió sus alas y caminó de lado a lado como si imitara a un pingüino, diciéndose.
        - Esto es solo cosa de paciencia y esa es una de mis especialidades, de aquí yo no me muevo.
        El zopilote mirando fijo al moribundo bolo, llenó su mente de recuerdos de antaño, pensando que era extraño para él y su familia venir a comer a la orilla de la playa; esto solo lo hacíamos cuando lanzaban el cadáver de un burro para que se lo llevara el mar, o un gran pez que muerto era arrastrado por las olas a la playa. Ahora todo ha cambiado, nos pasamos todo el día rastrillando la orilla de la playa a ver que nos dejan los pescadores que calan los mandingas, que hoy por hoy no es mucho.
        El zopilote vió la sigilosa aparición de la cangreja nuevamente, pensando lo peor. Movió abruptamente las alas para asustar la impertinente ladronzuela. El aleteo del zopilote alertó al bolo, quien atrincado a la poca energía que le quedaba tomó un impulso aprovechando el retorno de la ola e inició su desconcertante escapatoria. El zamuro y la cangreja se quedaron peripatéticos mirándose el uno al otro, mientras que una extraña coincidencia los hizo sintonizar frecuencia de un mismo pensamiento, diciéndose.
        -  Será para otro momento.
      Así envuelta en un hálito de desesperanza la cangreja quedó sumida pensando en su inmortalidad. Al zamuro también lo atrajo una imagen paradójica, que lo llevó a verse enredado bailando sobre un amasijo de resbalosas tripas, similares a unos tragavenados de siete cabezas que lo atrapaba y engullía.

Venezuela, Cabimas, 23-04-2020

Notas:
(1) Bolo, guatacare: Caracteres distintivos. Cuerpo alargado y ligeramente comprimido, de color pardo verdoso hacia la parte dorsal; lados del cuerpo con franjas estrechas pardo oscuro, dispuestas más o menos en dos series, una superior y otra hacia la mitad del cuerpo, centralmente blancuzco.

Distribución. Costas de Suramérica, desde el Golfo de Venezuela hasta São Paulo, Brasil. En Venezuela es una especie común a lo largo de toda la costa en aguas neríticas con fondos blandos. Alimentación. Consume principalmente peces, pero también crustáceos como camarones. Obtenido de El libro Los peces del delta del Orinoco.
(2) Zamuro: Ave carroñera de color negro; en áreas pobladas por humanos hurga en basureros, come huevos y material vegetal en descomposición y puede matar o lesionar a mamíferos recién nacidos o incapacitados. Como otros buitres, juegan un papel importante en el ecosistema al eliminar la carroña que de otra manera sería terreno fértil para enfermedades. Zopilote, Buitre, Guaraguao, Carroñero, curumo, chulo, gallinazo.

3 comentarios:

  1. Tío muy buen relato y me hace recordar a mama cuando nos decía: No cuenten los pollos antes de naxer o no sé engolosinen.

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