(INTROITUS MENTALES)
Por Humberto Frontado
Una vez se dió un encuentro histórico entre dos hermanos que tenían muchos años que no se veían. Con una diferencia de edad de dos años el mayor estaba por cumplir sus setentas. Ese día en casa del mayor las dos familias estuvieron envueltas en inmensa alegría. Las esposas en la cocina prepararon deliciosos y tradicionales platos, los sobrinos disfrutaron intercambiando sus experiencias mientras consultaban insistentes sus teléfonos. En la sala los dos hermanos se sentaron y hablaron un rato sobre la salud de los familiares. El hermano mayor fue a la cocina y trajo de la nevera una botella de cocuy macerado por unos ponsigueses. Le sirvió al hermano un trago seco y luego él se empino el suyo mientras iniciaba una amena conversación contando una anécdota del pasado.
-
Hermano
te acuerdas cuando chamos que había una fiesta en el club Alianzas de
Lagunillas con Los Blanco y no teníamos ni un centavo para la entrada. Esa
noche nos pusimos de acuerdo para colarnos, nos íbamos a meter por un hueco que
había en la cerca de ciclón y que estaba disimulado por las matas de cayenas. Ya
en el sitio después que todos ustedes se habían metido, cuando me tocó a mi
apareció un condenado policía y me agarró infraganti. Me tomó por la mano y me
llevó por todo el borde de la pista de baile, exponiéndome al escarnio de todos
lo que estaban bailando, inclusive de ustedes que se burlaban y reían a
mandíbula batiente.
-
¿Hermano
que pasó pues? – interrumpe dubitativo y extrañado el viejo a su consanguíneo –
¡Hey!… ve que estas cambiando la historia…al que sacaron ese día de la fiesta
fue a mi… nojoda.
-
¿Cómo
es la vaina? – contestó el contertulio confundido y extrañado por lo que
acababa de escuchar – ¡no!... no, vos estáis equivocado…ese fui yo… si queréis
le preguntáis a los muchachos, ellos deben acordarse muy bien de eso.
En ese
momento se incorporó oportunamente a la conversación el primogénito del hermano
mayor, logrando apaciguar la acalorada disputa histórica ofreciéndoles un tragó
del suculento elixir churuguarense.
Continuaron
los dos viejos entre tragos brincando de un tema a otro una vez agotado. Llegaron
al capítulo de cine y el mayor tomó la iniciativa hablando de las películas vaqueras
que más le habían gustado diciendo.
-
Para
mí la mejor película vaquera que se ha filmado fue aquella llamada… esteee… cómo
se llamaaaba… eeeh… chico aquella… donde trabajó aquel carajo alto, que después
hizo el papel de detective y usaba una magnum 45… cómo se llama… esteee – el
viejo miró a su hijo buscando apoyo, pero éste le contestó con una expresión de
denotada ignorancia. Para salir del paso dijo.
-
¡Ah!...
¡Frank Sinatra!
-
¡No vale!…
que Frank Sinatra del carajo… ese fue cantante.
Después
pasaron a la época de oro del boxeo y cambiaron fechas de peleas
extraordinarias, pusieron a pelear gente de pesos diferentes algo nunca visto.
Casi ponen a pelear a Cassius Clay con Mano é piedra Duran en el Madison Square
Garden. Ya un poco entonado el hermano menor se dirige a su sobrino y queriéndolo
impresionar le dice.
-
¿Sobrino
yo le he contado alguna vez sobre una pelea que tuve en el estadio Cinco de Julio
en Lagunillas?
-
¡Ah
si tío!… sopotocientas veces, cada vez que viene por aquí me la cuenta –
contesta sarcásticamente el sobrino ya cuarentón.
-
¡Sí!…
esa fue una buena pelea… resulta que había un evento y un tipo quiso pasársela
de gracioso y la cogió conmigo el pendejo.
-
¡si tío!….
ya me la habías contado – vuelve a interrumpirlo para ver si cambiaba de tema.
-
Sii,
nojoda quería dejarme en ridículo, pero le dí su tate quieto – continuó el viejo
su relato, exteriorizando y trayendo la molestia de aquel día.
A
medida que se vaciaba aquella garrafa de cocuy fueron resurgieron, en las
opacadas mentes de los dos hermanos, una buena cantidad de anécdotas, relatos e
historias que al narrarlas se fueron quedando algunas inconclusas o entrecortadas,
otras maquilladas, cambiadas o tergiversadas… años más tarde, pero con tapaboca…
hubo otra vez….
Venezuela, Cabimas, 14-08-2021
Un reconocimiento cargado de tradición querendona y emotiva viviente esta tu primer relato . El daguerrotipó inspirador, ese cúmulo de trazos relieves y formas si lo traspolamos a nuestro día a día creo que somos motivo de inspiración de una valiosa obra cultural. Felicitaciones Humberto !muy sensible tu baturrillo de esta semana
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