domingo, 13 de marzo de 2022

MI YO SERIAL KILLER

 (Introitus Mental)

Por Humberto Frontado



           Hace una semana un hombre le comentaba a su mejor amigo lo cerca que ha estado de tomar la macabra decisión de envenenar a su suegra. Se encontraba consternado y muy preocupado por lo que le estaba sucediendo. Comentaba que días atrás afloró semejante idea en su mente cuando sentado en su butaca preferida, con una cerveza en la mano, encendió el televisor y estaba sintonizado en uno los episodios de ID Discovery. Llegó a pensar luego que era mucha casualidad y que su subconsciente lo había llevado intencionalmente, con el objeto de darle paz, a que viera el canal de ID.

             Cada capítulo de la serie ID describe en detalle la forma cómo el hombre es capaz de cometer crímenes atroces, que llegan a sobrepasar los límites de la imaginación. Muchos cometidos fríamente con premeditación y alevosía, sin una pizca de rencor. Pueden desplazarse desde un sencillo homicidio hasta un ramillete extenso de crímenes seriales. En su ejecución se utilizan todo tipo de armas hasta llegar a un simple e insignificante envenenamiento. Las víctimas pueden ser cualquier mortal, ya sea un familiar, amigo, vecino, jefe, etc, que se ubicó en el espacio y tiempo indebido.

            Si a la programación de ID se le añade La Ley y el Orden: Unidad de Víctimas Especiales más la voluminosa lista de series policíacas con origen en las principales ciudades hollywoodense, tenemos una amplia gama de material didáctico que nos nutre en conocimiento, para auparnos a copiar y llevar a cabo el desenlace fatal de uno de estos inspiradores programas. Solamente falta que alguien frágil se sumerja en un momento de desequilibrio mental. Oportunidades va a tener a montón, considerando todos esos grandes espacios que nos presentan estos locos eventos de la actualidad que están abiertos de brazos para recibirlos y arroparlos.

           Los que confían en la fuerte cordura del hombre dirán que es difícil que la conversión a criminal le suceda; otros, apoyados en la religión lo apartaran orando un padre nuestro que los libere de toda tentación. Según Ted Honderich (1933) “cada uno de nuestros eventos o episodios mentales o conscientes, incluida toda decisión, elección y acción, es el efecto de una secuencia casual”. Basado en este pensamiento cualquier hecho será lo que tenía que suceder dado los antecedentes. Es posible que muchos disminuyan la responsabilidad de sus actos considerando que son tantos los ingredientes que lo llevan a tomar esa decisión. Hay quienes opinan que la naturaleza humana está en buscar su propio provecho; otros, aseveran que es conseguir el daño ajeno y disfrutarlo a plenitud.

             Ya nadie tiene que torturarse la mente buscando una buena razón para solucionar algún pasaje desagradable, tenemos a la mano una carta para escoger la mejor forma de satisfacer nuestros maquiavélicos deseos, lo encontraremos también en la extensa gama ofrecida en las series de Netflix.

            Comentaba el contertulio a su amigo que esa animadversión visceral hacia su suegra ha sido fomentada por ella misma y comenzó desde que se comprometió con su hija. A partir de ese momento en su mente esa señora ocupa más presencia que su propia novia. A partir de allí ha ido fomentando de forma constante un odio feroz y pueril hacia ella.

            Ha hecho lo humanamente posible para aceptarla y convivir con sus impertinencias, pero nada ha sido posible. Ha escuchado de sus amigos y familiares año tras años fórmulas mágicas de origen astrológico, ha leído libros de autoayuda de los más connotados autores, se ha sumergido en meditaciones trascendentales con consejeros religiosos budistas, taoístas, etc.

            Cansado de todo ha recurrido a las abominables series de televisión, donde hay recetas para todo tipo de altercado sin dejar rastros y pasar desapercibidos. Confiesa el amigo que él es consciente de su mal proceder, odiando a muerte a esa cristiana, por eso confiesa que ha llegado a odiarse por tener esa conducta. Bien decía Spinoza (1632 - 1677) que “el libre albedrío es una ilusión”, lo peor de todo es que el amigo se cree en sus cabales y dice que sus actos están justificados.

           Comenta el preocupado hombre que tiene una posesión diabólica, de la cual no se puede desprender y que lo aparta del mandato divino. Esa tentación del mal hoy por hoy se llama trastorno mental, que pueden ser influidos por diferentes formas. Sigo o me guío por el libre albedrío que dios me ha dado, se pregunta. Concluye que el mal que le ocupa viene por perturbación psíquica y lo demás es pura paja. Además, va a ser difícil que vean o descubran mi acto, mi suegra ya tiene un infarto en su haber y después con el Covid se complicó. Así que tiene los días contados; yo le voy a hacer un favor cuando la envenene, ni se va a notar.

              Pasaron los días y el hombre extrañado de no ver a su trastornado amigo nuevamente, preguntó por él a uno de sus compañeros de trabajo y se encontró con la infausta noticia que había muerto de un infarto una semana antes. Lo que nunca se sabría es que su amantísima suegra lo había envenenado antes que él lo hiciese con ella. La mujer había estado viendo días atrás un raro comportamiento en su yerno, lo que la llevó a sospechar algo trágico. Así que acordándose de uno de los capítulos visto en su adictivo programa ID Discovery, encontró allí una forma de librarse de la molestia que la perturbaba y… colorín colorao.

 

13-03-2022.

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez.

 

 

1 comentario:

  1. 🤔 trajo navaja a un tiroteo...
    De victimario quedó como la víctima.

    La venganza no es un móvil válido, es una respuesta emocional.

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