domingo, 16 de julio de 2023

MANOS MADRES

Por Humberto Frontado


 

Manos madres

nacidas de noble arcilla,

de inteligencia propia,

de un actuar

emancipado de la razón.

 

Manos madrugadoras

que al despuntar el sol

lo agarraba por el asa

y se lo engullía

en un sólo sorbo.

 

Manos pergaminos

que llevaba grabado

el jeroglífico histórico

de las cicatrices de la vida.

 

Manos palpitantes

que al compás de sus emociones

mecieron la hamaca

de los que amó.

 

Manos sagradas

que se aferraron

al obstinado pilón

para descascarar

el maíz eterno,

manutención del alma.

 

Manos certeras

que, sin compasión

caparon, rasuraron

y desgajaron los

marranos de pascua,

año nuevo

 y toda santa festividad.

 

Manos pecosas

manchadas de sangre

y restos de cuero

de una rodilla,

codo o frente

de algún integrante

del enjambre familiar.

 

Manos tiernas

paciente maestra

que enseñaron

los quehaceres primigenios

y que quedaron

para la eternidad.

 

Manos callosas

donde buscaron acomodo

rústicas herramientas

que esgullaron caracoles,

buscando las perlas

del tiempo y las incertidumbres

 

Manos salitrosas

que no dieron abasto

para vaciar las maras

en el inmenso pillote

de la esperanza.

 

Manos piadosas

que una vez

se elevaron al cielo

implorando agua,

reclamando al eterno

el milagro que su santo

no había cumplido.

 

Manos mentoladas

que en un santiamén

esfumaban fogajes,

sanaban heridas

e inhibían todo dolor.

 

Manos melcochosas

que trenzaron sinuosas,

maleables y cristalinas clinejas

del ardiente sol.

 

Manos zurcidoras

que remendaron tacos sobre tacos

en ruñidos pantalones

hechos de sacos de harina.

 

Manos de escarmiento

que se desplazaron abruptas

para dar un certero coscorrón,

o una nalgada de ajuste moral.

 

Manos tenues

que apartaron las burusas

en el efímero pozo de la quebrada

para saciar la sed de consuelo.

 

Manos estoicas

que una vez fueron viseras

cuando con la vista

se buscaba impaciente

en lontananza

la nave que traía de vuelta

al que hacía tiempo había partido

 

Manos Victorinox

que en un santiamén

acicalaban narices,

extraían lagañas

y aseaban oídos.

 

16–09-2023

 

Corrector de estilo: Elizabeth Sánchez

2 comentarios:

  1. Esas son las manos de nuestra querida madre.

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  2. Sin duda alguna conocí desde carajito esas manos. Conforme leía me trasladaba a Mi Refugio ubicado en el Silencio. Abuela Marina manos madres

    ResponderEliminar

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