Por: Humberto Frontado
América Latina,
jardín de rosas.
Rosas Rojas tragedia,
color sangre;
efundida por viejos jardineros
libertadores
que te eximieron
de profanas alimañas,
nefastos insectos,
que de ti de apoderaban
queriéndote hacer infecunda.
Rosas amarillas,
color ideal,
candentes,
como el sol que te baña
bendito jardín.
Rosas blancas,
acartonadas
made in U.S.A.
Rosa anaranjada
eres tú Chile
nacida del cruce
de dos virtudes
del que sufre;
eres mezcolanza
de sangre y sol
que se combinan
en un sólo matiz
tono revolución.
Tu cuerpo
bordado de espinas,
armado de esperanza.
Rosa Anaranjada,
tu pigmentación
hízose toda roja;
la sangre
de tu jardinero asesinado
te ha teñido toda,
ha salpicado todo el jardín.
Vehemente metralla y fusil
han dejado tu cuerpo
vacío de espinas
para que tu nuevo jardinero,
con voluptuosas manos
llenas de la misma sangre
que te cubre,
té posea,
té tenga.
Rosa Anaranjada,
te veo triste
casi marchita,
lo denota
tu rostro púrpura
con brotes blancos;
el hambre te acosa,
te debilita,
pero aún así
veo que tu cuerpo
no dejas de desenvainar
espinas
que nacen de nuevas ramas.
Rosa Anaranjada
que ahora eres roja,
no veo muy lejos
el día que despiertes
de esa letárgica pesadilla;
levantada,
nutrida
por fortalecientes y cristalinos
rayos de sol,
salidos de la eterna esfera
para ti
que hará
que tus espinas
esgriman su ápice
hacia el tirano jardinero;
descuartizando
esas manos que te ahogan
que hará
verte más radiante
aunque quizás
más roja todavía;
que hará
verte con el tiempo,
en cada salida de éste,
en cada amanecer,
rosa anaranjada,
esponjarte
como si desencapuyaras de nuevo;
sedienta de calor,
de luz,
de libertad;
libertad que signará
el rumbo
del fruto
que guardas
en tus entrañas Rosa Anaranjada.
Venezuela, Lagunillas, 1975
En 1975 todavía veíamos rosas de muchas tonalidades difícil es conseguirlas ahora y sigan siendo libres y no pertenezcan a una parcialidad política.
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