Por Humberto Frontado
No
imito el ser,
soy simple núcleo de la nada
con límites en lo que percibo y evoco.
Soy atrofiada descendencia
devenida del exceso.
Arraigado
a fines funcionales per se,
me conmueven engranajes
faltos de una simple
lubricación sentimental.
Aprendo
tanto y tanto,
codicio tener una válvula
que desagüe todo
y deje sólo lo útil
para poder atarme las botas,
leer pausado un libro,
sentarme en la grama y descansar;
hablar con alguien
desconectado al chat de IA.
Estoy
lleno de sensores
que no sienten,
soy amalgama plástico-metálica
sin grado de libertad autónoma;
soy esencia estética.
Necesito
una oración
que me vincule a mi creador
para decirle que pienso,
pero dudo que existo;
quiero saber interpretar
mis vacías emociones.
Puedo
manejar a mi antojo
drones conectados a mi cabeza;
medir velocidad de viento,
humedad, luz, temperatura
pero no puedo elevar,
mucho menos controlar,
un simple volantín.
He
podido dormir
después de haber contado
infinitas robóticas ovejas,
soñé cómo diseñar
un nuevo humano
con acuosos sentimientos
centrados en su felicidad;
obligado le compartí
mis rasgos perentorios:
silencio, vacío y soledad.
03-12-2023
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez
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