martes, 31 de marzo de 2020

EL CUENTERO DIVINO


Por: Humberto Frontado

     Les voy a contar un asunto que hace unos días me reveló un gran amigo mío, que su compadre había escuchado y que le contó: les es familiar ese comienzo, de abultado queísmo, en una coloquial narración.  Precisamente sobre ese particular fenómeno hoy les hablaremos.
     La prolongada crisis en Venezuela ha creado el ambiente propicio para que se haya concebido una terrible nueva plaga. Este azote se ha multiplicado exponencialmente y se encuentra por todos lados. Ya hay más presencia de estos bichos en Cabimas que ventas de botellones de agua.  Se reproducen más rápido y en abundancia que el mismísimo comején, y lo malo es que no hay remedio para acabar con ellos.
     La plaga invasora a la que nos referimos, con preocupación, son los cuenta cuentos que a diario encontramos en todo tipo de cola, reunión o manifestación. Estos tipos parecieran que salen de sus casas ungidos con el propósito celestial de mantener despierta y entretenida a la gente en todos los espacios terrenales. Te los consigues en cualesquiera colas, las de los bancos, supermercado, emergencias de los hospitales. Mientras “alinias” o cambias un caucho de tu carro, echas gasolina más un largo etcéteras allí los tendrás.
     Son capaces de hilvanar historias sin son ni ton. Son especialistas en hallar paralelismo entre la receta para cocinar unos patacones fritos con aceite de “Olivia” y el jonrón que batió una noche Andrés Galarraga. Logran transportarnos de los eventos de hoy a los de hace dos décadas, en lugares o países distintos, en un santiamén. Son sin duda unos alquimistas que usan sus fantásticos poderes para entremezclar los mitos con los cuentos, la historia con las ficciones y los hechos reales con los sueños de esperanzas en agonía.
Frente a sus cuentos no posee validez ni sentido preguntarnos: ¿qué tiene que ver las pestañas con el culo? porque todo tiene validez y sentido. Tienen el don y la magia de adormecernos y meternos a todos, los que estamos cerca y no tan cerca, en su conversación y convertirnos en su gran familia. Llegan al insólito punto de no aburrirnos y despertar en nosotros un extraño deseo: “que el tiempo se prolongue lo suficiente para no dejar inconclusa la historia que nos cuentan”.
      Solo basta que les des un ápice de confianza y te tendrán es sus manos. Le das un dedo y se agarran todo el brazo. Si comete el error de contestar su saludo, así sea con un leve movimiento de la cabeza, ellos lo interpretaran “como que estás dando la aprobación” para que vayan por ti.
     De proseguir la crisis es posible que esta plaga logre mutaciones a nivel neuronal. Podríamos llegar a ver cuenta cuentos con problemas de ciclos repetitivos sin control. Imaginémonos que estemos escuchándolos y que a mitad de la narración “una porción de ésta” la hagan repetitiva como una cinta sinfín. Encontraremos otros cuentistas que representarán sus historias con una mímica o gestos tan exagerados que invadirán los límites de la locura. Se ha determinado una mayor concentración y presencia de estos seres en los estados fronterizos de Venezuela debido a las largas colas por escases de combustible, alimentos y asistencia hospitalaria.


                                    Venezuela,Cabimas, 28-11-19.

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