Por Humberto Frontado
He pedido a Cupido, a cuenta de
favores que me debe,
les lance nuevamente su más poderosa
flecha,
impregnada de las más bonitas flores
encontradas en el recóndito jardín
de la reconciliación.
He pedido al sempiterno tiempo
que los regrese hasta unos minutos
antes de su partida
y que en un tierno y apasionado beso
los transporte al presente,
con una nueva oportunidad para
descifrar los misteriosos laberintos
del amor.
He pedido a la eterna esfera
que con sus nobles destellos
nutra la más esplendorosa flor y la
entregues a tu bella amada.
He pedido al tempestuoso viento
sacar de su intrincada cabellera la
trenza más sutil
y la llene del olor de sus primeros
besos
y se los haga llegar en una suave y
tierna brisa.
He pedido a la oscura noche
me regale un ápice de luz
para que alumbre su pensamiento
y sueñe en ti por hoy y por siempre.
Mijo no quiero verte triste en tu
andar
no quiero verte tocar las paredes
porque te ciega la oscuridad,
no quiero verte en las calles si
ella,
sin rumbo por la ilusión que se fue.
He pedido al viento
lleve tu mejor canción
que haga eco en su pecho
donde conociste la verdad del amor,
al final se escuchará la estrofa de
un tierno
...te pido perdón.
Quiero verte danzar con tu amada
enlazado
alrededor de una inmensa fogata de
amor y sueños incandescente
que los derrita en una honda pasión
por siempre.
Luchaste ansiosamente por un sueño
que se hizo realidad
y te nutrió de inmensa felicidad,
no dejes que una simple brisa,
venida de no sé donde,
merme la flama que dió brillo a tus
ojos y dió color a tu corazón.
He pedido a la esperanza, por su
abandono temporal,
que con sutil hilo de reconciliación
zurza tu despedazado corazón;
las cicatrices desaparecerán con la
llama eterna del amor.
Solo fue una noche lluviosa
donde una repentina nube tiñó
de confusión, desconcierto y
desilusión;
ya es de día y hay un esplendoroso
amanecer
lleno de esperanza e ilusión que
acorta las distancias.
Venezuela,
Cabimas, 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario