Por Humberto Frontado
Bolívar,
después de haberte crucificado a lo largo de la historia, los políticos de hoy
y siempre una y mil veces por siempre estarán allí a tu lado, prestos con su lanza
Longina para atravesarte por uno de tus flancos y asegurar tu muerte nuevamente.
Tu
particular viacrucis a lo largo de Latinoamérica fue una vía dolorosa que no ha reconocido
tu sacrificio.
Con
esa pesada cruz a tu espalda has caído mil veces y has sabido incorporarte hasta
el final de tu presencia.
No hay
un tocayo que te socorra en el cargado eterno de tu cruz. Aun así, antes de morir crucificado entre
ladrones nos prometes el reino de libertades para nuestros pueblos.
Bolívar
bajas de la cruz una y otra vez sin lograr reposar en los brazos de tu Santa
Madre, porque presurosas se anteponen las arpías y alimañas políticas que te
poseerán en sus garras, sedientos de poder y ambiciones.
Estas
últimas décadas con nuevos vicios, nuevas máscaras, los políticos de turno se cubren
con tu ruñida camisa prestada para sentirse ungidos de tu presencia eterna.
Cada
político a través del tiempo se vanagloria de esgrimir tu pensamiento y juran
ante ti sumisión libertaria. Te han endilgado sus caretas de hipócrita
tendencia, aduciendo inspiración en tu pensamiento y legado.
La providencia trata de impedir a toda
costa que esa careta impía tape tu sinigual rostro de librepensador. Con
argumentos apócrifos te bajan de la cruz a su antojo. Cada año de elecciones,
cada año de cambio de careta.
El hipócrita culto a tu imagen santera
conlleva una necesidad histórica de ti; quienes te adoran han naufragado en ideologías
ausentes de equilibrio e intenciones libertarias.
Aun así, siguen escudándose con tu
manto sin pensar en tus ideas. Han resquebrajado los cimientos de moral y luces
que nacieron en ese amanecer libertario que lograste para nosotros.
Quienes te idolatran se proclaman
ejecutores de tu ideario, así legitiman sus discursos y reivindican su poder
per sécula.
Hoy una
careta cubierta de roja sangre busca permanencia eterna, blande presencia
eterna sin mascullada. Busca adeptos sumisos de creencia vacía. En el huerto de
los olivos latinoamericanos has sido traicionado por Judas impíos. Todos los
Pedros habidos y por haber te negaran ante sus compromisos y conveniencias.
Esperamos
tu develación; resucitado como un mortal común y corriente, sin unción divina.
06-08-2023
Corrector de estilo: Elizabeth
Sánchez
Querido Humberto en estas palabras está la esencia de la realidad de mi nuestros pueblos que viven el engaño de los miserables políticos, debemos educarnos más para saber elegir a la gente que quiera contruir un mejor futuro para todos. Saludos y abrazos a mi querida Eliza.
ResponderEliminar