Por Humberto Frontado
En la
bruma del alma
se mezclan voces,
psicoanálisis y chamanismo
se enlazan en una hibridación
de sueños y rituales atroces.
El
esperpento de la psicomagia
desata risas y gestos absurdos
que pretenden sanar,
mientras el sentido común
se desvanece en brisas.
El
gurú audaz
con mirada penetrante
vende certezas en frases enredadas,
los pendejos siguen su canto vibrante.
Magia
espiritual
con promesa de juventud eterna,
elixires de palabras que robustecen
ante un tiempo que avanza,
que es implacable
y nos lleva a su antro.
Batiburrillo
de exploración extrasensorial,
viajes astrales y visiones sin rumbo
naufragan en un mar de dudas,
dependiendo de sentidos irreales.
El
tarot terapéutico,
símbolos que hablan,
cartas que revelan secretos del ser
que se esconde en el futuro
de las incertidumbres.
Magia
litúrgica
en el conductismo moderno,
hechizos de refuerzo y castigo,
mientras el alma clama
por un abrazo interno.
PNLtración,
palabras que hipnotizan,
terapias rápidas que prometen milagros;
sin embargo, el trastorno persiste,
no se escurre.
Rituales
personalizados
con voces hacia el inconsciente.
Diálogos con sombras que nunca callan
porque buscan respuestas
en la multitud del camino indecente.
Obsesión
por convertir,
por adoptar creencias;
pendejos que abrazan
locuras sin pruebas.
La
pendejología avanza
sin ciencia,
sin esencias,
sin conciencia.
23-02-2025
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez.
Interesante punto de vista
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