Por Humberto Frontado
Cuentan
que te han visto
deslizándote pastosa,
rozando el silencio de los caminos
que se pierden en la nada.
No
hay mendrugo que anime,
ni palabra que alivie
tu hambre de casi tres décadas.
Creíste
que tus riquezas,
esa chispa de natural magia,
vencerían al tiempo.
Tus
amaneceres se han ceñido
a una manta pesada
de maliciosa opacidad.
Cabizbaja
y a tientas
avanzas entre sombras,
que se vuelven afilados cuchillos.
Tus
ojos sin reflejo,
velados por una tela inútil
de oscura espera.
No hay
sueños sublimes,
solo el yugo de pesadillas
y sudorosos sobresaltos.
Has
estado vagando
a tientas en la penumbra,
entre otros fantasmas como tú.
Hecha
un adefesio sin norte,
te has rendido al designio
de las malignas cortes.
Hecha
añicos,
has de exhalar
ese último trozo de esperanza
que devuelva tu nombre.
19-10-2025
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez.
Falta poco
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