Por: Humberto Frontado
Vuelvo a ver
que por tus mejillas
ardientes
corre un rio
de magmoso
de cristalinas lágrimas
heladas,
que van dejando vestigio
amargo
de una radiante desesperación;
y que a sus pasos
se van confundiendo
con las cálidas gotas
de sudor
que duchan
tu resplandeciente rostro.
Me pregunto
si lloras
por lo de siempre;
me pregunto
si estás cansado
por lo de siempre;
es que acaso
no te das cuenta,
de que, aunque la esperes,
aunque la persigas,
nunca será tuya… sol.
Venezuela, Cabimas, 1973
No hay comentarios:
Publicar un comentario