Por Humberto Frontado
Vana
percepción del ocio
te cubre como plumaje de ceniza.
Diversión profana que determina tu arte.
Eres
simbolismo imprudente
que resiste la legalidad.
Eres vivo estoicismo del juego ancestral.
Más rancio
que las guerras
guardas la picardía y sapiencia
de tus audaces promotores.
Controversias
a todo grado:
tradición cultural adversa,
acto de crueldad animal.
Contrastas
con la humana UFC,
banalizan la crueldad de tu valentía.
Eres vistosidad sin máscaras.
Danza violenta de picos,
alas desgarradas,
sangre en la arena.
Con blandas
regulaciones
todavía subsistes en rincones,
donde la ley desvía la mirada.
Te arqueas en espuelas manidas
de vicio y ludopatía.
Preparar
gallos es arte
heredado de arcaicos asiáticos.
El cruce de razas los hará indomables.
Una rígida dieta formará campeones.
Criados
para la agresividad,
seleccionados por coraje en combate;
son símbolos de resistencia y bravura.
¡Pica
mi gallo!
Cada refrán encierra
fuerza única que retumba
en los galleros de férrea mirada.
Cubierto
con tu colorida capa
entras sigiloso al ruedo,
actúas informal y clandestino.
Gloria efímera para el vencedor,
silencio para el caído;
voraz vigencia...
"Canta el gallo, pierde la espuela".
08-06-25
Corrector de estilo:
Elizabeth Sánchez.
El poema encapsula la paradoja de las peleas de gallos como tradición arraigada pero éticamente conflictiva. La forma bella enmascara el contenido crudo. Evita una condena explícita, refleja la ambivalencia social hacia esta práctica: se critica entre comillas mientras se admira su folklore. Queda abierto al lector decidir si el poema es un homenaje, una elegía o una denuncia velada.
ResponderEliminarVoy al gallo del abuelo Benito Bermúdez
ResponderEliminarHumberto, en cuanto a la opinión que pides del poema, lo considero elegíaco por que en la gran mayoría de las peleas resulta uno de los competidores sin vida y el victorioso maltrecho. No lo veo como denuncia dada su tradición ancestral que ha hecho de esa batalla una tradición, y por último, el único elemento a homenajear es la transparencia del gallero, que caza apuestas soportadas solo por su palabra y cumple su compromiso de manera intachable. De ahí el adagio Palabra de Gallero.
ResponderEliminarUn abrazo