Por: Humberto Frontado
Faltando
cinco minutos para salir de la escuela “Antonia Esteller” de Lagunillas, presto
a escuchar el impúdico timbre que estaba “pata e´mingo” a nuestro salón ya que la
oficina de dirección la teníamos al lado. Raudos recogíamos los útiles
escolares e íbamos a hacer la fila con su respectiva toma de distancia, la fila
de primer grado donde estábamos nosotros salía primero. Ya en la salida era costumbre que nos reuniéramos
tres o cuatros para confrontar una emocionante aventura.
Había
un muchacho mucho mayor que nosotros que vivía frente a la escuela y lo
llamaban “Lindo”. Todos los días caminábamos por la calle donde vivía aquel
extraño personaje y justo frente a su casa, sacudiendo la cerca gritábamos su
nombre y él salía corriendo de sorpresa de su impredecible escondite entre las
matas, asustándonos con sus alaridos. Nos retirábamos de la cerca como un
resorte entre risas, gritos y alegrías, vociferando su nombre nuevamente en
seguidilla. Ese era un momento feliz para nosotros, pero no tanto para él ya
que estaba encerrado y no asistía a la escuela ni al parque.
Nos
hicieron ver y creer que aquel muchacho estaba loco y así era como nos
referíamos de él. Lo último que supe de ese chico fue que años después había
sido violado y golpeado con saña por otros muchachos vecinos mucho mayor que él;
esta fue una noticia que convulsionó un buen tiempo a la comunidad y fue muy reprochada
considerando que Lindo era un niño inocente, los perpetradores fueron detenidos
y sermoneados por la comandancia.
El término “Salir del closet” se asocia
a la decisión que toma un homosexual de declarar a los cuatro vientos su
género. Sobre todo, ha sido notorio la aparición del término en el ambiente
artístico. En una oportunidad en el año 2010 se hizo noticia el cantante Ricky
Martin (ex menudo), no por una de esas canciones que pegajosamente imponía en
todos los medios sino porque había declarado abiertamente su homosexualidad.
Confesó su relación amorosa con otro hombre que según él era el que lo había animado
a salir del armario. En el 2008 había sorprendido a sus seguidores con la
noticia del nacimiento de sus hijos gemelos, los cuales fueron concebidos a
través de inseminación artificial y posteriormente implantados en un vientre de
alquiler.
En el 2019, Ricky Martín, recibió el Premio Nobel de la Paz, debido al
movimiento social que ha forjado su lucha por los derechos de la comunidad
LGTB. Esto ha incidido en que los movimientos que hoy existen en defensa del respeto
y consideración a los nuevos géneros (LGHTB+) ⁽¹⁾ hayan tomado fuerza y presencia más contundente en
todo el mundo. Hace unos años reapareció Ricky en la palestra con un nuevo
parejo anunciando los nacimientos sus otros dos hijos, ya esto no tuvo tanto
revuelo y se vió muy normal.
Retrayendo
la memoria unos años atrás, en 1985, también se recuerda un lamentable episodio
cuando nos enteramos que el famoso actor Rock Hudson había muerto a
consecuencia del sida, enfermedad que había contraído un año antes; muchos de
sus admiradores ignoraban su homosexualidad, la cual había confesado días antes
con sinceridad. Esto contribuyó enormemente a que se despertara en todo el
mundo la toma de conciencia sobre esta grave enfermedad que nos invadía.
Incipiente
el mal del VIH comenzó a hacer estragos y se satanizó asociándolo a la
actividad sexual del homosexual. Más tarde se comprobó que la enfermedad podía contraerse
a través de otros medios fuera de la relación sexual, así disminuyó la fobia
hacia los homosexuales.
Asimismo,
como el joven “Lindo” que vivió en nuestra vecindad también surgió otro muchacho,
pero con menos aparición, tenía el raro apellido “Potella” o algo parecido. El
joven asistía a la escuela hasta que a la mitad del año escolar en tercer grado
no supimos más de él, se decía que lo mantenían encerrado en su casa haciendo
oficios de hogar junto a su madre.
Con el tiempo entendimos, ya casi adolecentes,
que esos dos casos se trataban de dos niños homosexuales que estaban afrentando
los gloriosos apellidos de sus padres, que en estos casos trabajaban en la industria
petrolera. El padre del joven “Potella” fue expulsado del club Social Alianza,
porque se fue a los puños con un compañero que osó burlarse de los desmanes de
su hijo, unos días después sacaron al joven de la escuela. Quién le podía explicar a los padres de esos
muchachos que necesitaban entender claramente que la orientación homosexual no
es un desorden mental? Cómo se podía lograr eso en aquel tiempo, si todavía a
esta altura de la vida las causas de la homosexualidad no se entienden
claramente.
Lo
que sucedía en aquella pequeña isla social discriminatoria ajustada a los
preceptos de las compañías petroleras americanas era una muestra de lo que
sucedía a nivel mundial. Aquellas familias adaptándose para sobrevivir en el medio
preferían tildar a los muchachos de locos y no de homosexuales, así como estos casos
se dieron infinidades en nuestra selecta y critica sociedad.
Desde
tiempos remotos la homosexualidad ha existido en nuestro devenir histórico y
fue aceptada con toda normalidad, hasta que apareció la iglesia e imperios de
turno que se anunciaron como rectores de normas morales y proclamaron la inaceptabilidad
del incomprendido género. A partir de allí fueron perseguidos, la radical y
nefasta inquisición buscaba su exterminio; los que sobrevivieron buscaron
refugio dentro de las iglesias, allí estaban protegidos. Esos homosexuales más
tarde fueron papas, obispos y ocuparon todo rango eclesiástico. Muchos de estos
representantes de la iglesia han salido del guardarropa y la iglesia los ha
vetado y excomulgado implantando así una nueva forma inquisitoria.
En la
década de los 70 y 80´s un filósofo francés llamado Michel Foucault, salido del
closet en una época de gran convulsión en su país, alcanzó ser una celebridad
del pensamiento contemporáneo. Como historiador e investigador realizó un gran
estudio de la evolución de nuestra sexualidad, destacando una cantidad de
información donde prevalecen los perjuicios y los tabúes a través del tiempo. Un
ejemplo de ello ha sido la misma iglesia católica imponiendo normas y
consideraciones absurdas en las relaciones de pareja, que se han mantenido
arraigada desde la época del medioevo, impartidas por los eruditos sexólogos de
turno como San Agustín, Tomas Aquino, etc.
Todo
esto me lleva a otra anécdota en la década de los 80´s que sucedió en el
trabajo. Me comentó un supervisor de taladro que se lamentaba de haberle pedido
la renuncia a un señor ya mayor, excelente trabajador, porque recursos humanos
se había enterado de su homosexualidad. Después de esto aquella persona fue
abandonada por su familia y hasta rechazado por sus compañeros de trabajo. Para
esa época ese señor, también loco o aberrado sexual, no tenía cabida en nuestra
sociedad o comunidad petrolera, donde existían normas morales avaladas por la
iglesia. Por eso no se puede banalizar el momento en el que una persona, vieja
o joven, decide hacer visible su orientación sexual. Los prejuicios con razón y
sin ella han hecho que sea una difícil decisión. "El peso de la homofobia
sigue siendo muy grande y continúa el estigma". Integrantes de
generaciones posteriores, llevan casi toda una vida encerradas en ese
naftalinado y viejo escaparate.
Actualmente
otro pensador filósofo e historiador como es el Dr. Yuval Harari también homosexual,
un poco más recatado que Foucault, nos ofrece algunas reflexiones sobre el
sentido de la vida sin echar a un lado su homosexualidad, la cual defiende con
una gran base de razón. Así como Yuval hay otros tantos que por propia
experiencia indican que en algunas circunstancias el closet sigue siendo la
única opción de supervivencia, mientras se lucha para que eso no ocurra, quedará
de parte de la sociedad consciente evitar criminalizar a aquellas personas que
no pueden hacer visible su orientación sexual. “No importa cuál sea su orientación sexual, todos los
adolescentes tienen la alternativa de escoger la expresión de su comportamiento
sexual y su estilo de vida”.
La
iglesia, como organismo autoproclamado rector moral universal, ha sufrido en
los últimos años notables críticas tras la aparición de denuncias de abusos
sexuales a menores por parte de numerosos sacerdotes en todo el mundo. Han
aparecido declaraciones de las máximas autoridades eclesiásticas donde sin
tapujos imponen veto absoluto a la entrada de homosexuales a los seminarios de
iniciación clerical.
Ante este
descomunal panorama de crisis de valores aún no se ve una posición clara de las
iglesias, la sociedad espera urgente la definición de un punto de equilibrio.
Para completar, la situación en las iglesias es algo crucial ya que se han
visto casos de “doble salida del closet”,
curas que han declarado su homosexualidad y simultáneamente cesan sus votos de fe
hacia la sagrada institución apegándose luego al ateísmo.
Por
otro lado, el término “salir del closet” ya tiene en la actualidad otras
acepciones como, por ejemplo: Salirse del sindicato que lo amparaba en el
trabajo por no aceptar sus lineamientos. Otro es revelarse como ateo en una
comunidad de creyentes, o mucho peor exponerse a la excomunión del partido
adeco después de estar 25 años en la fila de los copeyanos…! Acabose e´ mundo!...Como
decía mi madre.
Venezuela, Cabimas, 04-07-2020.
Notas:
Salir del clóset: (Salir del armario) son modismos que, aplicados a
las personas, significan “declarar voluntaria y públicamente su homosexualidad”.
Actúa como analogía de algo oculto o secreto, a la vez que manifiesta la
sensación de encierro y oscuridad de esas personas que debían disimular o
esconder su orientación para no ser descubiertos y estigmatizados; y que “saca
a la luz” (descubre, muestra) un aspecto de su vida que hasta ese día tenía
escondido.
⁽¹⁾ (LGHTB+):
Se le coloca el signo + a las siglas LGHTB considerando la posibilidad que se
le agreguen otras letras más, como de hecho a ocurrido. Cuando se iniciaron
estos movimientos solo aparecían las siglas LGB.
Buena la historia pero un poco pesadita.
ResponderEliminarGracias por tu comentario...lo tendre en cuenta...
ResponderEliminarme gusto mucho esta buenisimo
ResponderEliminarExcelente!
ResponderEliminar